Claire Boucher es la tapa del nuevo número de la revista neoyorquina The Fader, con un profundo artículo sobre la actualidad de la canadiense y de su proyecto musical Grimes. Si bien el artículo se enfoca más que nada en la vida personal de Boucher, también reveló unos cuantos detalles del tan esperado sucesor de Visions (2012, 4AD).
En primer lugar, reveló que este nuevo disco no fue realmente “descartado” como se había informado en su momento. Cuando se publicó “Go“, y por todas las reacciones negativas, muchos pensaron que Boucher iba a tirar a la basura el disco entero. “Básicamente, estaba haciendo un montón de cosas y un poco antes de publicar ‘Go‘ pensaba que mi vida estaba mejorando bastante, por lo que dije voy a pasar todo esto a un disco duro y empezar de nuevo. Había cientos de canciones. En este disco que estoy haciendo ahora hay otros cientos de temas que obviamente no entrarán en la versión final. Creo que todos los músicos tienen canciones que después no forman parte de discos.”
También detalló que tuvo unos cuantos años de penurias que luego con la repentina fama y el desentendimiento público de su persona, la llevaron a tiempos más oscuros de su vida. Se exilió en Squamish, en una provincia canadiense, en 2013, para escribir mucho de lo que sería el disco “descartado”, incluyendo su más reciente sencillo “REALiTi“. Cuando su vida comenzó a mejorar, se dio cuenta de que lo que tenía grabado no tenía sentido para su estado actual y decidió seguir adelante. De todos modos, aclaró que de ese tiempo hay tanto material inédito que algún día, probablemente, lo libere de manera gratuita.
De lo que finalmente estará en el nuevo álbum, Grimes comentó que los sonidos que la inspiraron fueron los de las bandas de su adolescencia, incluyendo el rock noventoso, punk y hasta el nu-metal. Todos los instrumentos del disco son tocados por la misma Boucher, quien aprendió a tocar la guitarra, batería, teclados y hasta ukulele y violín durante el proceso de grabación. Y muy orgullosamente contó que usó el mismo micrófono que Taylor Swift usó en el disco Red.
Por supuesto que hubo lugar para su feminismo militante. Comentó que algunas veces, trabajando en proyectos de otros artistas, entraba al estudio con ingenieros varones y pedía editar ella misma su interpretación vocal. “Y ellos respondían ‘no, decinos lo que querés que hagamos, y lo hacemos nosotros.’ Y luego entraba un productor varón y sí se lo permitían. Era muy sexista. Estaba espantada. Me hizo desilusionar muchísimo de la industria musical y darme cuenta de que lo que hago es importante.” Sobre ser catalogada como una “chica haciendo música” y de ser descripta como “una voz minita”, se expresó: “No voy a decir que no me identifico como mujer, pero me importa una mierda la cuestión de género. O sea, también soy productora y me la paso todo el día viendo ecualizadores y gráficos y haciendo todo el trabajo técnico.”
Podés leer el artículo completo, en inglés, en el sitio de la revista. Su nuevo disco, mientras tanto, se espera para octubre.