Slash es una de las figuras más significativas del rock y también una de las más singulares. No es solo su virtuosismo como guitarrista lo que lo ha llevado a la cima sino también su estética y su actitud. Fue en una reciente entrevista con Goldmine que el miembro de Guns N’ Roses declaró que nunca había tenido en su casa una copia de Appetite For Destruction, uno de los álbumes más emblemáticos de la banda.
Editado el 21 de julio de 1987, el disco lleva vendidas 30 millones de copias hasta la actualidad y contiene grandes hits como “Welcome To The Jungle”, “Paradise City” y “Sweet Child O’ Mine”, pero para Slash nunca fue necesario conservar una copia propia de este gran éxito:
“Si vinieras a mi casa, te costaría saber que alguna vez estuve en una banda. O al menos alguna banda de la que hayas oído. Creo que nunca tuve una copia de Appetite for Destruction. Y si la he tenido no permanece en ningún sitio, así que no tendría ningún lugar donde ponerla. Obviamente he guardado muchos discos, pero nunca fui de esos que colecciona álbumes de las bandas en las que he estado. ¿Tiene sentido?”.
Acto seguido, explicó por qué no conserva muchos de los discos de los que ha sido parte: “Has pasado por todo lo necesario para editar ese material y lo único que queda llegado ese punto es salir de gira y tocarlo. Por eso no me meto en el coche y lo escucho 8 millones de veces mientras lo estamos mezclando y masterizando”.
Y agregó: “Lo tocas cada noche, así que el material está siempre ahí. Es emocionante cuando lo escuchas en la radio o en cualquier otro sitio, pero no lo escucho de otra manera”. Siendo el proceso de un disco tan extenso y poblado de diferentes etapas, el músico lo vivencia desde otro lugar que no es el de dar play una y otra vez a la música que él mismo creó y materializó.