Los grandes éxitos de las bandas y artistas pueden ser un deleite para el público pero no necesariamente para sus creadores. Este es el caso de “High and Dry” y “Creep” de Radiohead, canciones que durante años fueron eliminadas de los shows en vivo. Igual suerte corrió “Big Me” de Foo Fighters, aunque por una razón muy peculiar.
La canción pertenece al disco homónimo de la banda, el primero de su carrera lanzado en 1995, y se presenta como una balada de dos minutos en la que priman las guitarras y la influencia beatle. Para el videoclip, Dave Grohl quiso parodiar un comercial de las pastillas Mentos, muy populares en Estados Unidos, pero el resultado fue funesto.
Si bien el clip fue exitoso, provocó un extraño comportamiento en los fans cada vez que la banda lo tocaba en vivo. En diálogo con VH1 Storytellers, Grohl recordó: “La primera noche de la gira en Denver dije: ‘Esta canción se llama Big Me’ y fueron montañas de Mentos que empezaron a tirar hacia nosotros. Así que continué: ‘A la mierda esta canción, no voy a volver a tocarla’, y la dejamos de tocar durante 10 años“.
A principios de los años 2000, la agrupación volvió a incorporar el tema a su lista en vivo pero nuevamente las cosas se salieron de control. “Volvimos a tocar la canción y por supuesto que alguien nos tiró un paquete de Mentos directo a la cara. Paré y dije: ‘Sabes qué, han pasado 10 años. Es suficiente. Voy a quemar este paquete de Mentos en el escenario para que podamos tener este final de ritual’. Así que busqué mi encendedor pero no podía encontrarlo. Obviamente, 10.000 personas empezaron a tirarme los encendedores en la cara”, finalizó el guitarrista y compositor sobre los avatares que le provocó esta canción o, en realidad, su videoclip.