Keith Moon es una de las grandes leyendas del rock porque además de ser muy talentoso, también era un alma salvaje, inclusive para los estándares de su época. El fallecido integrante de The Who tuvo una existencia breve, pero intensa, y una prueba de ello es que llegó a ser vetado de todos los Holiday Inn del mundo debido a una de sus aventuras más alocadas.
Lo que se comenta es que durante la celebración de su cumpleaños número 21, el baterista condujo en estado de ebriedad un auto modelo Lincoln Continental hasta la pileta de un hotel de esa cadena. La anécdota en cuestión ha circulado por varias décadas como una especie de rumor, pero según reporta medios británicos Roger Daltrey (vocalista y líder de The Who) confirmó que se trató de una historia verídica:
“En verdad sucedió. Recibimos una factura por 50.000 dólares. Él podría haber ido a la cárcel durante tres años. Aquellos eran los Estados Unidos de derecha en los años sesenta. Simplemente no les gustamos los hippies de pelo largo. La gente escribe libros y nunca habla con la banda. Simplemente hablan con borrachos y gente que escasamente estuvo ahí”.
En esa misma línea, Alice Cooper también llegó a comentar sobre las andanzas de Moon: “Nadie podría competir con Keith Moon. Piénsalo de esta manera: alrededor del 40 por ciento de lo que has escuchado sobre mí, Iggy u Ozzy probablemente sea cierto. Pero todo lo que has escuchado sobre Keith Moon es verdad y solo has oído una décima parte de la historia”.
El mismo Keith confirmó que la historia era cierta durante una entrevista con la revista Rolling Stone en 1972. Por entonces, señaló con cierto orgullo: “Así es como perdí mi diente frontal. En Flint, Michigan. Tuvimos un concierto esa noche. Estábamos alrededor de la piscina Ermits ‘Erman’ y yo. Cumplí 21 años y empezaron a hacerme regalos. Alguien me dio una barra portátil y otro la bebida portátil. Empecé a tomar alrededor de las diez de la mañana y ni recuerdo el recital”.
Más adelante, el músico tuvo que escapar de un sheriff que llegó para controlar la situación en su desaforada fiesta de cumpleaños en una gran sala del mencionado hotel. Fue entonces cuando Moon tuvo la genial idea de emprender huida en el lujoso vehículo: “Estaba estacionado en una pequeña colina y cuando le quité el freno de mano, comenzó a rodar y se estrelló contra el borde de la pileta [cerca] y todo el Lincoln Continental entró en la piscina, conmigo dentro. ¡jajajaja!”.
Tras ello, el nacido en Wembley y sus compañeros de banda fueron expulsados de la ciudad de Flint, y Decca Records (el sello que manejaba a la agrupación) tuvo que pagarle un auto a su legítimo propietario luego de que Moon lo destruyera.