Bob Dylan es mundialmente conocido por sus dotes para la escritura y la música, pero el estadounidense también ha incursionado en el mundo del cine participando en cintas como Pat Garrett and Billy The Kid de 1973 y Renaldo and Clara de 1978. Sin embargo, uno de los largometrajes más recordados (y no por muy buenas razones) de aquellos en los que apareció el artista fue Hearts of Fire de 1987.
Protagonizada por Dylan, Fiona Flanagan, Rupert Everett e Ian Dury en un papel menor, la película “cuenta la historia de un roquero solitario, claramente al estilo de Dylan, llamado Billy Parker”, recuerda Far Out Magazine. “Al tomar a la joven y ambiciosa música Molly bajo su ala, la pareja viaja a Inglaterra donde conoce a una estrella de rock más joven y mucho más popular interpretada por Everett. Rápidamente Molly abandona a Billy”, agrega el medio.
El guión original del film estuvo a cargo de Scott Richardson, quien luego fue reemplazado por Joe Eszterhas después de que Lorimar Productions llegara a la conclusión de que su primera elección no portaba sobre sus espaldas la experiencia necesaria para hacerse cargo de un proyecto que tuviera a Dylan como cara principal.
Cuando Eszterhas se hizo cargo de la cinta, recicló una fórmula presentada en películas de Elvis Presley como Jailhouse Rock y Viva Las Vegas, en las que la estrella interpreta una ligera versión muy cercana de sí mismo. Fue con ese guión que la producción del largometraje dirigido por Richard Marquand se trasladó a Canadá e Inglaterra, donde la mayoría de las escenas de los conciertos se grabaron en Camden y en el Colston Hall de Bristol.
Finalmente, Dylan terminó por distanciarse del film y hasta repudiándolo. Igualmente, Hearts of Fire tiene algunos detalles que llaman la atención de los melómanos, como el momento en el que el cantante de “Sex & Drugs & Rock & Roll”, Ian Dury, interpreta a Bones; Ron Wood de The Rolling Stones tocando el bajo en todo momento; y una escena en la que Dylan parece estar hablando del bajista de The Clash, Paul Simonon.