Prince fue uno de los músicos más grandes e importantes de su generación, pero aunque su éxito era innegable y millones de personas lo seguían, lo cierto es que no tenía una buena relación con la industria del cuarto arte. El vínculo entre el guitarrista y las compañías discográficas surgió cuando el oriundo de Minnesota era un simple adolescente, época en la que firmó un contrato con Warner Bros. En un principio, todo marchaba sobre ruedas, pero con el correr del tiempo la relación fue mutando hacia algo no tan amigable.
Según recuerda un medio británico: “en 1993, el vínculo de Prince con el sello se agrió cuando comenzó a aparecer públicamente con la palabra ‘esclavo’ escrita en la cara. Más de veinte años después, invitó a un grupo de periodistas a Paisley Park Studios en Minneapolis y repitió una frase similar. ‘Los contratos discográficos son como, voy a decir la palabra, la esclavitud. Le diría a cualquier artista joven… que no firme’”.
El historial de conflictos entre Prince y las disqueras continuó creciendo con el correr de los años, lo que produjo que durante las últimas dos décadas de su prolífera carrera el genio de la música pasara de un sello a otro antes de regresar a Warner. En una entrevista con Los Angeles Times en 1996, el artista cuyo nombre completo era Prince Rogers Nelson aseguró que su desagrado por el rubro en el que estaba inmerso era tal que deseaba haber elegido otra carrera.
“Si hubiera sabido las cosas que sé ahora antes, no estaría en la industria de la música”, afirmó. Además, el también cantautor y productor manifestó su apoyo a TLC, el grupo femenino de R&B que se declaró en bancarrota en 1995 para salirse de un acuerdo de regalías bajas con su sello. “TLC es un grupo muy talentoso. El talento no se puede embotellar ni contener. Tenemos que despertar a eso. ¿Por qué alguien más debería estar ganando 100 millones de dólares cuando ellas están ganando 75 mil? Eso va a continuar así, esa es la triste verdad”, declaró.