La disciplina de la lectura es tan interesante como apasionante. Para muchos, es la entrada a nuevos mundos que antes desconocían; para otros, un escape necesario fuera de toda responsabilidad y obligación. Es mucho lo que se ha escrito a lo largo del tiempo acerca de los beneficios de leer: que agiliza la mente, que vuelve a las personas más felices, que beneficia la concentración y la percepción. Al parecer, también estimula la empatía con los demás según un estudio.
Aunque muchas de estas conclusiones son meramente anecdóticas, varias investigaciones científicas demostraron que realmente existe un vínculo entre leer ficción y comprender lo que le pasa al prójimo. Un experimento del año 2013 demostró una mejoría notable en la capacidad de sus participantes para discernir las emociones de otras personas, luego de que leyeran alguna obra de ficción literaria.
Cada voluntario fue expuesto a diferentes fotografías de ojos y rostros de distintas personas y, a partir de su observación, debieron determinar qué emoción estaba representando cada imagen. Otros participantes se desempeñaron mejor en una prueba llamada “Teoría de la Mente” donde tenían que usar gestos o señales para indicar lo que alguien estaba pensando.
Otro estudio del año 2006 descubrió que los lectores que conocían más nombres de novelistas demostraban una mayor conciencia social. De todos modos, ambas investigaciones no pudieron escapar de la controversia ya que se las apuntó como poco legítimas. Las críticas iban dirigidas directamente a los resultados obtenidos, por eso los investigadores David Dodell-Feder y Diana I. Tamir se propusieron comprobar la validez de las investigaciones existentes sobre el tema. Para eso, llevaron a cabo un metaanálisis de catorce estudios con el fin de comprobar si la lectura de obras literarias mejoraba causalmente la cognición social.
Para su sorpresa, descubrieron que la lectura efectivamente tiene un impacto, pequeño, pero estadísticamente significativo en el rendimiento socio-cognitivo. En otras palabras, leer literatura vuelve un poco más amable y empática a las personas. Por otro lado, Dodell-Feder y Tamir señalaron que la naturaleza del vínculo entre la disciplina de la lectura y la conciencia social aún no está del todo clara. Por esa razón recomendaron que se realicen investigaciones futuras sobre el impacto de la ficción en el funcionamiento de las relaciones sociales.