En la historia de los deseos y la realidad, entre los sueños y lo concreto, siempre lo segundo parece imponerse a lo primero. Sin embargo, la historia de Pulp rompe con este presupuesto histórico de injusticia moral.
Desde su armazón de hierro en los 80 como freaks denostados, hasta su metamorfosis como aclamados dandys en los 90, la banda liderada por Jarvis Cocker desplegó una carrera artística como si se tratara de gitanos musicalizadores de los sentimientos propios y ajenos.
Menguando entre la pesadumbre y la consagración, entre el abatimiento y el hedonismo, la banda inglesa describió en sus canciones una carretera de emociones cotidianas, narradas con perversa sensualidad y obteniendo como máxima y valiosa enseñanza que uno no es nadie cuando llega a la cima y mucho menos cuando todos se van para dejarnos solos allá arriba.
Antes de su esperado regreso a Buenos Aires, en Indie Hoy repasamos la discografía de Pulp en un recorrido de menor a mayor por su caudal y legado artístico.
7. It
1983 – Red Rhino
“La competitividad es fundamental porque sirve para separar el polvo de la paja, a los hombres de los niños, a los competentes de los incompetentes”. La infame primera ministra británica Margaret Thatcher expresó a partir de estas palabras un discurso de corte plenamente Darwinista. Su programa para amalgamar a la sociedad británica cansada de los constantes fracasos del Partido Laborista podría definirse con estas tres siglas: N.H.A. (no hay alternativa).
Nacido en la fabril ciudad de Sheffield el 19 de septiembre de 1963, Jarvis Cocker vio desde temprana edad a la música como un refugio para paliar sus miedos y vergüenzas personales, y a la vez como una manera de autentificar ante el mundo el malestar que lo acogía desde pequeño. Así, entre los escombros de las fábricas abandonadas por la crisis del petróleo, decide armar su primera banda denominada Arabicus Pulp, para después rebautizarla simplemente como Pulp.
Inspirados en tibias melodías folk y el sonido new wave, en 1983 la banda publicó su disco debut titulado It, sin ningún integrante -con excepción de Cocker- de la formación que los consagraría en los 90. El álbum encierra la susceptibilidad de aquellas personas de carácter inestable que no poseen la fortaleza moral para someterse al salvajismo cultural de la nueva era tatcherista. Pulp buscaba escapar de todo esto y en sus primeras canciones narran las luces y los apagones del sentimentalismo adolescente. Entre ellas destacan “My Lighthouse” y su ardor por la impotencia de no ser querido, y el folk de “Wisful Thinking” y “Love Love”. Sin embargo, It resulta emocionalmente neutro y discreto como propuesta artística. Salvando a Jarvis, el resto de los miembros abandonaría la formación.
6. Freaks
1987 – Fire
En 1986, con la incorporación de Russell Senior y Candida Doyle, la banda publicó su segundo disco titulado Freaks a través del sello Fire. El disco es una obra post dark centrada en la otredad sociológica con que Thatcher y los suyos acusaron a la juventud disconforme como “humanos atroces” sin chance alguna de recomposición social. Así, Cocker describe los salones de belleza como “anoréxicos de espíritu” y apunta contra los “paladines de la masturbación“.
La apertura del disco la da “Fairground”, una suerte de pieza tribal musical que sintetiza el concepto del mundo grotesco que se oculta bajo las frívolas alfombras del gobierno de la Dama de Hierro. Sin embargo, la experimentación musical de Freaks no termina de ser lo suficiente contundente, perdiendo sus canciones impacto emocional en un mundo musical donde la brújula estaba marcada por el pop sintético y de melodías efectivas de bandas como The Cure con su Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me o New Order con su exitoso Brotherhood.
5. We Love Life
2001 – Island
La revolución carnal y espiritual del britpop no tenía bases firmes ideológicas, y con el tiempo solo quedarían cenizas de su energía inicial. Al comenzar el nuevo milenio, Jarvis se encerró cada vez más en sí mismo al ver que el estrellato del rock era sinónimo de vanidad obsoleta y antónimo del fragor heroico artístico. Así, decidió cambiar de vida: se volvió vegetariano y cambió las limusinas por paseos campestres en bicicleta.
Esta suerte de purificación personal lo llevó a componer We Love Life, publicado en 2001 y producido por uno de sus referentes musicales, Scott Walker. Un álbum que parece no inscribir bien a Pulp en los comienzos de los 2000 y solo termina otorgando algún que otro chispazo como la balada “Birds in your Garden” o la fetichista “Bad Cover Version”. Ambas dan cuenta del “estado botánico” de sus sentimientos por fuera del circo del rock. Con un bajo número de ventas, la banda terminó su contrato con Island Records y Jarvis decide separar a Pulp.
4. Separations
1989 – Fire
Luego de sus primeros dos discos con Pulp, Jarvis dejó por un tiempo la música y se mudó a Londres junto con el futuro bajista de la banda, Steve Mackey. Alentados por una sorpresiva convocatoria de Fire Records, consiguen grabar Separations en 1989, incorporando a Nick Banks en batería. Dentro del álbum se destacan dos piezas magistrales: “My Legendary Girlfriend” y “Countdown”. La primera provocó que Jarvis vuelva a apostar a la música como profesión al ser mencionada como canción de la semana por la revista NME. Por su parte, a través de meticulosas programaciones de caja de ritmos y aceleradas melodías, “Countdown” permite que la voz de Cocker finalmente explote de forma plena, entre fraseos desesperados y pegadizos a la vez.
Parecería que en ese “conteo final” hay un cierre y un comienzo implícito en la carrera de Jarvis y Pulp hasta ese entonces. Por un lado, el cierre de esa sensación de sentirse aplacado por un régimen escatológico como el tatcherismo, que ya no disponía apoyo popular ni simbólico. Y por otro, la apertura a una nueva década en la que la sociedad británica experimentaría un cambio no solo político sino cultural. Los desplazados volverían a mostrar su voz sin miedo alguno y alentarían una revolución psicodinámica, es decir, no política ni ideológica sino directa y carnal.
3. His ‘n’ Hers
1994 – Island
Luego del temprano éxito que la banda había alcanzado a principios de los 90, His ‘n’ Hers sería el álbum que los lleva a la fama mundial y marcaría el comienzo de Pulp como la banda que mejor logró sintetizar el origen, auge y decadencia del movimiento cultural conocido como Cool Britannia. Luego de casi 12 años de férreo neoliberalismo conservador, los jóvenes ingleses querían despabilarse, como había ocurrido en los 60 con los Mods o en los 70 con el punk. El éxtasis y las raves guiarían la conducta a seguir por la juventud británica en los primeros años de los 90.
Jarvis se propuso captar el espíritu de época y logró que His ‘n’ Hers sea un álbum tan elegante como noctámbulo, con un sonido que comulga con el inicio de un nuevo espíritu de época. “Do You Remember the First Time?” sería la primera canción que los consagre masivamente, y como toda gran banda, Pulp logró un hit que le ofrecía un marco ideológico y melancólico a una vivencia universal y común.
2. Different Class
1995 – Island
Mientras Blur y Oasis se peleaban por un supuesto trono de papel, Pulp hacía lo suyo con Different Class, la síntesis perfecta de lo que fueron aquellos años dorados de pop británico. Se trata de una obra temporal y contextual. Ya desde el primer tema, “Mis-Shapes”, Jarvis establece a lo popular como un nuevo modelo a seguir, lejos del darwinismo social y el snobismo de años atrás. Gran Bretaña se ponía de vuelta a la cabeza del mundo como barómetro cultural. El partido laborista era joven como el britpop, y no se jactaban de ningún tipo de ideología nihilista o revolucionaria, sino plenamente hedonista: festejando a puro reviente el presente, sin ganas de diferenciarse sino de encontrarse más allá de toda diferencia social.
Jarvis capta plenamente eso utilizando una ironía freak que fetichiza a la tradicional cultura trabajadora. “Common People” trabaja con ese concepto, a la vez que otros temas como “Disco 2000” y “Something Changed” hablan de la necesidad de encontrarse con el otro. Different Class es el claro resumen de aquellos días festivos, de excesos y alegría, del encuentro del británico intelectual y el pudiente inglés con su clase trabajadora, de Ewan McGregor deslumbrando a modelos, del romance entre Kate Moss y Liam Gallagher, o del mismo Jarvis ridiculizando a Michael Jackson con la intención de romper cualquier concepto de mito intocable en la música.
1. This is Hardcore
1998 – Island
Toda fiesta tiene su final. Las leyendas de la música saben que después de los días de gloria, la resaca anímica y espiritual es solo una cuestión de tiempo. Después de años de excesos, Jarvis aún mostraba muñeca para dar cuenta de lo funesto que puede resultar la fama. En ese estado mental es que Pulp crearía This is Hardcore, un mapeo existencialista y terrenal contrario al escape por fuera de lo cotidiano que ofrecía Radiohead. Ese pasado paradisíaco y edénico se había convertido en un simple erupto de paranoia y cocaína.
Desde el comienzo, This is Hardcore suena luctuoso, como si buscara defenestrar todo intento de idolatría para mostrar en su lugar las penurias y excesos que todo hombre o mujer puede sentir. Se palpita el miedo, la compasión, la arrogancia, la vergüenza y la sabiduría de que por más que queramos jugar a ser Dios, uno “no puede convertir el agua en vino, sino solo lavar los platos sucios”. A sus 33 años, y tras haber ansiado por tanto tiempo el éxito, Jarvis solo quería sentirse vivo y disfrutar el paso del tiempo junto a su banda, aceptando que la vida depara alegrías y tristezas a todos por igual. Pese a los méritos musicales This is Hardcore, el álbum resultaría en un fracaso comercial comparado con Different Class. El encuentro entre incultos y alta alcurnia llegó a su fin, y bajando la cuesta solo quedan por el año 98 los restos de la fiesta de la Cool Britannia.