El 30 de septiembre de 2017, Marilyn Manson dio un show en el Hammerstein Ballroom de Nueva York y sufrió un accidente: mientras tocaba su cover de “Sweet Dreams (Are Made of This)”, el track de Eurythmics, al rockero se le cayó encima parte del decorado, por lo que tuvo que ser hospitalizado.
El episodio no solo obligó a Brian Hugh Warner (nombre real del artista) a cancelar algunos de los conciertos de su Heaven Upside Down Tour, sino que también lo llevó a lidiar con una lucha por no tomar medicamentos.
En una reciente entrevista con Zane Lowe para su programa radial en Beats 1, Manson confesó: “No tomé [los analgésicos]. O sea, al principio lo hice, mientras estaba en el hospital, así también cuando me operaron. Pero, dado que los había tomado en el pasado, lo que derivó en un uso recreativo, no quería caer preso de eso. Así que simplemente no lo hice.”
“Quiero decir, duele pero una vez que los receptores de dolor en tu cerebro, cambia la forma en que piensa, todo tu cortisol, la dopamina, todo en tu cerebro cambia”, agregó el músico. “No fue una lucha para mí en la que no pensaba cosas como ‘Oh, quiero tomar analgésicos o algo así de nuevo’”.
Acto seguido, el oriundo de Canton, Ohio continuó relatando que aquel trágico suceso también lo llevó a tomar otras determinaciones en su vida:
“Es por eso que dejé la absenta también. Nubla el lóbulo frontal. A mucha gente le parece que te mejora artísticamente, pero a veces también influencia un poco tu cerebro de manera negativa. Te pone en un lugar en el que estás convencido de que lo que estás haciendo es realmente genial cuando solo la droga te lo está diciendo. Eso es de lo que me di cuenta hace un tiempo”.