Mark Chapman, el asesino de John Lennon, confesó recientemente que los motivos del homicidio estuvieron impulsados porque “quería ser alguien y nada lo detendría”. Este y otros dichos tuvieron lugar en sus últimas declaraciones frente a la junta de libertad condicional, donde agregó que tenía un “desprecio egoísta por la vida humana de consecuencia global”, según reporta NME.
“Sabía lo que estaba haciendo y sabía que era malo. Sabía que estaba mal, pero quería tanto la fama que estaba dispuesto a darlo todo y quitar una vida humana. No voy a culpar a nada más ni a nadie más por traerme aquí. Esto era maldad en mi corazón. Quería ser alguien y nada iba a detener eso”, continuó Chapman, justificando que matar a Lennon fue “mi gran respuesta a todo. Ya no iba a ser un don nadie”.
Durante 2021, a Chapman se le negó la libertad condicional por duodécima vez. El homicida apeló sin éxito a la libertad condicional también un año antes, donde dijo: “Lastimé a muchas personas en todas partes y si alguien quiere odiarme, está bien, lo entiendo”. Por su parte, en su apelación de 2018, confesó sentir “más y más vergüenza” cada año por culpa del crimen que cometió y detalló que “hace treinta años no podía decir que sentía vergüenza y ahora sé lo que es la vergüenza”.
El homicidio de Lennon a manos de Chapman tuvo lugar el 8 de diciembre de 1980 cuando el cantante y su esposa, la artista japonesa Yoko Ono, regresaban a su apartamento en la ciudad de Nueva York. Chapman luego permaneció en el lugar hasta que llegó la policía y automáticamente se declaró culpable de asesinato en segundo grado. Fue condenado a cumplir una pena de prisión de veinte años a cadena perpetua y su próxima oportunidad de apelar será recién en 2024.