La década de 1990 fue una época de transformación y redefinición para el metal. Con el paso del thrash y el heavy metal en los 80, los 90 tomaron esa base y la expandieron hacia nuevas fronteras. Fue una era en la que los géneros se diversificaron y el metal se adaptó a un entorno musical cambiante, enfrentándose a la irrupción del grunge y las corrientes alternativas. En ese contexto, algunos de los discos más emblemáticos del género resistieron estos cambios y sentaron un nuevo panorama.
La evolución tecnológica también desempeñó un papel importante, ya que las mejoras en la producción permitieron a las bandas experimentar con sonidos más complejos. Al mismo tiempo, las letras de las canciones comenzaron a explorar nuevas inquietudes, más oscuras y personales, reflejando las preocupaciones de una generación marcada por la incertidumbre del cambio de milenio. En esta década, el metal se convirtió en un vehículo para la innovación, la protesta y la introspección.
Los 90 también fueron testigos de una notable revitalización de bandas icónicas que ya habían conquistado los escenarios en la década anterior, así como del surgimiento de nuevas voces que ampliaron los límites del género. Este período no solo celebró la consolidación del thrash y el heavy, sino que vio el ascenso del groove metal, el death y la fusión de estilos que definieron una era de reinvención. A continuación presentamos una selección de los mejores discos de metal de los años 90 (vía Heavy Mextal).
Megadeth – Rust In Peace
Con riffs intrincados y composiciones impecables, Rust In Peace es considerado una obra maestra del thrash. Dave Mustaine y Marty Friedman formaron una de las duplas de guitarristas más formidables del género, mientras canciones como “Holy Wars… The Punishment Due” y “Hangar 18” demostraron cómo la complejidad técnica puede coexistir con la ferocidad de la distorsión.
Pantera – Cowboys From Hell
Cowboys From Hell marcó el inicio de una nueva era para el metal, introduciendo el groove al panorama mundial. La voz punzante de Phil Anselmo y los riffs contundentes de Dimebag Darrell redefinieron el sonido pesado. Canciones como “Cemetery Gates” y la misma “Cowboys from Hell” llevaron a Pantera a ser una de las bandas más influyentes de la década.
Slayer – Seasons in the Abyss
Seasons in the Abyss es un disco que combina la velocidad desenfrenada de Reign in Blood con el enfoque más melódico de South of Heaven. Con temas icónicos como “War Ensemble” y “Dead Skin Mask”, Slayer mostró su capacidad para equilibrar brutalidad y sensibilidad, convirtiendo este álbum en un clásico definitivo del thrash.
Judas Priest – Painkiller
Un renacimiento para Judas Priest. Painkiller llevó el heavy a su límite con una producción impecable y una energía inquebrantable. La batería atronadora de Scott Travis y los solos de guitarra se combinan con la voz aguda y poderosa de Rob Halford en himnos como “Painkiller” y “A Touch of Evil”.
Death – Spiritual Healing
Chuck Schuldiner, pionero del death metal, llevó al género a un ámbito más progresivo y técnico con Spiritual Healing. Este disco es un testimonio de cómo el death puede ser iracundo y reflexivo en partes iguales, abordando temas como la religión, la corrupción y la ética médica.
Iron Maiden – No Prayer for the Dying
Aunque menos celebrado que sus obras de los 80, No Prayer for the Dying mostró a Iron Maiden experimentando con un sonido más directo y crudo. Con temas como “Tailgunner” y “Bring Your Daughter… to the Slaughter”, el disco es un claro ejemplo de la capacidad de la banda para reinventarse mientras mantienen su identidad.
Testament – Souls of Black
Este álbum consolidó a Testament como uno de los principales exponentes del thrash metal. Con un enfoque esencialmente melódico y letras intrigantes, Souls of Black incluye temas como “Face in the Sky” y “The Legacy”, que capturan la intensidad propia del género sin perder profundidad musical.
Sepultura – Arise
El cuarto álbum de Sepultura es una obra esencial del death/thrash metal, combinando riffs abrasivos, percusión tribal y letras apocalípticas. Con canciones como “Dead Embryonic Cells” y “Arise”, los brasileros demostraron que el metal podía romper barreras geográficas y culturales, llevándolos al mainstream global.