A poco de que el popular show SpongeBob Squarepants (Bob Esponja) cumpla dos décadas en el aire, ha fallecido su creador, Stephen Hillenburg, a sus 57 años. La tristeza por su deceso fue expresada por Nickelodeon a través de sus redes sociales hace unas horas.
“Con tristeza anunciamos la noticia del deceso de Stephen Hillenburg, el creador de SpongeBob SquarePants. Por hoy, guardaremos un momento de silencio para honrar su vida y obra”.
? We are sad to share the news of the passing of Stephen Hillenburg, the creator of SpongeBob SquarePants. Today, we are observing a moment of silence to honor his life and work. ?
— Nickelodeon (@Nickelodeon) November 27, 2018
Su muerte sucedió ayer lunes 26 de noviembre y fue consecuencia de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que él mismo confirmó padecer desde 2017. Se trata de una patología de causas desconocidas que suele afectar más que nada a hombres de entre 40 y 60 años. La misma afecta gravemente el sistema nervioso y la médula espinal de quienes la padecen. Si bien no existe aún cura definitiva para esa enfermedad, sí se ofrecen tratamientos para paliar sus síntomas.
No obstante su delicada condición médica, Hillenburg en su momento afirmó ante la prensa que seguiría abocado a su labor creativa con Bob Esponja y sus demás proyectos. Asimismo, sabemos que el oriundo de Oklahoma era biólogo marino. De manera que su inspiración para idear al entrañable personaje amarillo y sus amigos proviene de esa profesión.
En cuanto al debut del aludido proyecto televisivo, la presentación del episodio piloto data de 1998. Steve tituló el capítulo como “Help Wanted” y estaba protagonizado por SpongeBoy. Tras obtener un veredicto positivo sobre el mismo por parte de Nickelodeon, se introdujeron algunos cambios, como el de cambiar el nombre a SpongeBob Squarepants a causa de que SpongeBoy ya estaba registrado. Finalmente, el primero de mayo de 1999 se emitió oficialmente aquella serie.
Años más tarde, el furor desatado por el inocente Bob y sus hilarantes aventuras bajo el mar era imparable. Y dentro de sus seguidores se encontraban grandes y chicos. Sin dudas, Hillenburg nos ha dejado un gran legado para la posteridad.