Conocida es por todos la admiración que los Beatles tenían por Bob Dylan. De hecho, el estadounidense siempre es señalado como uno de los responsables de que John Lennon, Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison dieran un gran salto en lo que respecta a su arte. Sin embargo, no todo eran sonrisas entre ellos. A pesar de haber sido uno de sus máximos referentes, Lennon tuvo sus idas y vueltas con Dylan.
En 1979 el británico grabó un monólogo largo e incoherente sobre el estado de la música pop en el que criticó a su colega del otro lado del Atlántico y su álbum Slow Train Coming. En esa oportunidad, afirmó: “Él quiere ser un mesero para Cristo”, en referencia al tema “Gotta Serve Somebody”.
“El acompañamiento es mediocre, el canto es realmente patético y las palabras eran simplemente vergonzosas”, disparó el líder de los Fab Four en ese entonces. En otra oportunidad, el nacido en Liverpool también comentó: “Dylan se salió con la suya. Pensé: ‘Yo también puedo escribir esta basura’. Simplemente unes algunas imágenes, las juntas y lo llamas poesía“.
Más allá de las palabras que Lennon tuvo para con Dylan, como decir que el material de este era “basura artística”, no se puede negar que el oriundo de Duluth desempeñó un papel fundamental en la mejora de las habilidades de composición del ex Beatle. Según recuerda Far Out Magazine, “en las propias palabras de Lennon, Dylan lo ayudó a profundizar en un territorio de composición más introspectivo y subjetivo”.