Parece difícil de creer que ya han pasado casi 30 años de la salida de Nevermind, el álbum que consagró a Nirvana como una de las bandas más importantes de la historia del rock. El disco fue publicado el 24 de septiembre de 1991 y debutó en el puesto 144 en la lista de Billboard 200, pero fue creciendo en popularidad sin necesidad de estrategias de marketing radial y llegó a vender 10 millones de copias en sus primeros ocho años, según lo reportado por la Recording Industry Association of America.
Pero incluso antes de la llegada de esa placa, el explosivo sencillo “Smells Like Teen Spirit” empezó a llamar la atención de miles de jóvenes en todo el mundo. La canción escaló rápidamente hasta el puesto número 6 en el listado “Billboard Hot 100” y sobre el éxito arrollador del tema, Dave Grohl -en conversaciones con USA Today- dijo lo siguiente:
“Éramos niños. Creo que yo tenía 21 años cuando escribimos esa canción. Fue durante un ensayo que hicimos en un espacio que era un granero reconvertido, y solo queríamos entrar y trabajar. Así era nuestra vida en ese momento: estábamos comiendo y durmiendo para poder volver al espacio de ensayo y escribir más canciones”.
Más adelante, el líder de Foo Fighters recordó con emoción la primera vez que Nirvana tocó “Smells Like Teen Spirit” en vivo el 17 de abril de 1991 en el local musical del OK Hotel de Seattle: “En general, cuando tocás una canción que no forma parte de tu repertorio conocido, la gente se para y escucha. La primera vez que tocamos ‘Smells Like Teen Spirit’, el lugar se volvió una locura y eso no nos había sucedido antes, así que no sabía lo que significaría. Lo supe sonoramente, esto va a hacer que la gente se mueva. Y así fue”.
Finalmente, el artista confesó que hoy en día le tiene un tremendo valor sentimental a las canciones de esa época: “Mi conexión con esas canciones es un poco más profunda que solo musical. Entonces, cuando escucho esas canciones en la radio, es casi como volver a la casa de tu madre y hojear los mismos álbumes de fotos que ella tenía desde que eras un niño. Has mirado la imagen mil veces, se está desvaneciendo, pero te lleva de regreso a aquel momento”.
“Cuando escucho esas canciones me devuelve al momento de la grabación. Puedo recordar la camiseta que usé. Puedo acordarme del frío que hacía. Puedo recordar la batería. Así que esa es mi conexión con esos temas. Tengo mis teorías sobre por qué tanta gente se conectó con ellos y por qué Nirvana se convirtió en una banda popular, pero la mía está un poco más distorsionada que la de un crítico musical”, concluyó.