El 1 de marzo de 1994, Nirvana dio su último concierto con Kurt Cobain. El evento se desarrolló en el club conocido como Terminal 1 Flughafen München de la ciudad de Munich (Alemania), en medio del tramo europeo de la gira que el grupo estaba realizando para presentar In Utero, su proyecto final lanzado en septiembre de 1993.
En medio de consideraciones sobre ponerle punto final a la gira, dejar Nirvana, terminar con su matrimonio y simplemente irse a casa, Cobain salió a escena con una visible falta de entusiasmo y pasión, lo cual se potenció debido a un corte de energía a mitad del recital. Así fue que cuando las luces se apagaron, el artista le dijo a su agente que cancelara el próximo concierto.
Dos días después, en una habitación de hotel en Roma, redactó una nota de suicidio: “Como Hamlet, tengo que elegir entre la vida y la muerte. Estoy eligiendo la muerte” e intentó quitarse la vida con una sobredosis de analgésicos, aunque la versión oficial dada a los medios de comunicación del mundo y, de hecho, a sus compañeros de banda, fue que se trataba de una sobredosis accidental.
“Así que Krist y yo hablamos por teléfono”, dijo Dave Grohl a Paul Brannigan de Classic Rock en 2009. “Y luego alguien dice: ‘Está bien, solo está en coma, no está muerto’. Fue tan caótico y loco… fue tan extraño y surrealista que hace 28 horas estaba saliendo con esta gente. Pero luego alguien llamó, dijo que había muerto y yo enloquecí”.
“Llegó a casa y hablamos por teléfono”, recordó Grohl. “Y le dije, ‘Hombre, Kurt, mierda…’ No le dije que alguien me había dicho que había muerto, pero le dije que estaba aterrorizado y muy preocupado. Él se disculpó mucho, como diciendo, ‘Lo siento, estaba de fiesta, bebiendo y no estaba prestando atención a lo que hacía’. Yo le respondí: ‘¡Escucha, no creo que debas morir!’. Y luego, bueno. Ya sabés lo que pasó…”.
“Heart-Shaped Box”, la canción número 23 en el setlist de Nirvana de aquella noche en Munich y el sencillo principal de In Utero, sería la última canción que Cobain tocó sobre un escenario. Lo cierto es que si sonó cruda y áspera esa noche, tras que el ícono del grunge se quitara la vida el 5 de abril de 1994, suena conmovedora y desesperada en igual medida, cargando demasiado significado y mucho dolor.