Nick Cave encontró una nueva forma de expresión artística en la cerámica. Lejos de las oscuras canciones junto a The Bad Seeds o de la intensidad emocional de sus shows en vivo, decidió dar rienda suelta a su creatividad en una disciplina que parece haberle dado una vía de escape y, a su vez, un canal para el duelo y la introspección: la cerámica al estilo Staffordshire.
Según el artista, durante la pandemia de covid-19 comenzó a experimentar con la creación de figuras de cerámica hechas a mano. Su vínculo con este arte tiene una raíz sentimental, ya que le recuerda a los primeros experimentos que realizó en su infancia y a sus orígenes artísticos. A principios de sus 20 años, el australiano estudió arte y luego abandonó en favor de la música.
En una reciente entrevista publicada por The Art Newspaper, Cave explicó que la motivación inicial para empezar a trabajar con la cerámica vino simplemente de observar una figura de Staffordshire en su casa y pensar: “Puedo hacer esto”.
Esta reflexión espontánea lo llevó a experimentar, un proceso que pronto se convirtió en un compromiso total. “Me levantaba todas las mañanas, conducía hasta Camberwell, al sur de Londres, y trabajaba allí“, explicó. La dedicación fue tal que su mánager llegó a preguntarle qué estaba haciendo, sin comprender del todo el propósito detrás de su nueva ocupación.
El resultado de este proceso fue mucho más que una serie de esculturas: fue una indagación profunda sobre el arte, la pérdida y el perdón. “Esto terminó siendo algo sobre la culpabilidad y el perdón en torno a la muerte de mi hijo”, explicó Cave. “Era algo que nunca pude plasmar del todo en mis canciones (…) Para mí, estas piezas se volvieron profundamente personales”, concluyó.