En una decisión bastante sorpresiva y polémica, el Papa ha escogido a la por muchos considerada “madrina del punk”, Patti Smith -quien en todo caso ya tuvo la oportunidad de conocer personalmente al Papa estrechando manos con él en abril de este año-, para que participe haciendo parte del espectáculo navideño que tendrá lugar en pocas semanas en la ciudad del Vaticano.
El line-up del recital también incluye a la célebre monja cantante de origen italiano, la Hermana Christina Scuccia, quien recientemente resultó ganadora de la presente edición anual del reality The Voice en su país, en donde interpretó su propia versión de canciones non-sanctas como “What A Feeling (Flashdance)” de Irene Carla y “Like A Virgin” de Madonna.
Sin lugar a dudas este tipo de anuncios rompen con lo tradicionalmente acostumbrado por la Iglesia Católica, que generalmente suele elegir artistas mucho menos controversiales que la hermana Cristina y la mencionada poeta y cantante estadounidense, quien en su canción “Gloria“, publicada en 1975, inicia con la frase “Jesus died for someboy’s sins, but not mine”.
Las críticas por parte del sector más conservador del catolicismo no se han hecho esperar, pero por otra parte un gran sector de la juventud, incluso no perteneciente a esta religión, elogia la decisión papal como inteligente y vanguardista.