Durante su tiempo juntos, los Beatles no solo fueron una fuerza creativa imparable dentro del estudio, sino que en medio de las sesiones de grabación, las giras y los compromisos propios de una banda de tal calibre, también tuvieron tiempo para aparecer en distintas películas. Uno de los largometrajes protagonizados por John Lennon, Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison fue Let It Be, documental que registró los ensayos y la grabación de canciones que hizo el grupo en enero de 1969 para lo que se convertiría en su duodécimo y último álbum de estudio, Let It Be.
Dirigido por Michael Lindsay-Hogg, el film también incluye el concierto de 42 minutos que los Fab Four y el tecladista Billy Preston realizaron desde la azotea de su sede de Apple Corps en 3 Savile Row, en lo que sería la última actuación pública de la banda. Según recuerda Far Out Magazine, Harrison admitió no ser un fanático de la cinta, ya que, si bien tenía la intención de capturar la forma en que el cuarteto de Liverpool armaba sus canciones en el estudio, terminó registrando algo mucho más desagradable.
“Eso no me gustó”, explicó el guitarrista, refiriéndose a la película como Let It Rot. “Hay escenas en ella, en el techo, que fueron bastante buenas y hay fragmentos que están bien, pero la mayoría me irrita tanto que no lo puedo ver. Fue una experiencia particularmente mala la que estábamos teniendo en ese momento y ya es lo suficientemente mala cuando la estás viviendo, así que ni hablar de tenerla filmada y grabada para poder verla por el resto de tu vida. No me gusta”, concluyó.