La historia de Luca Prodan es una de esas narrativas que desafían la ficción: un italiano educado en Escocia, moldeado por el post-punk londinense y finalmente transformado en una figura emblemática del rock argentino tras encontrar refugio en la provincia de Córdoba.
La prehistoria de Luca en un lanzamiento especial
La mayoría de sus seguidores lo recuerdan por su liderazgo en Sumo, la banda que marcó a fuego la escena underground porteña de los años 80. Sin embargo, existe una prehistoria musical menos conocida que resurge en todo su esplendor con el lanzamiento en vinilo de Time, Fate, Love, un registro íntimo que captura los años del artista italiano previos a su meteórico ascenso.
El lanzamiento de este vinilo no solo representa un hito para los coleccionistas, sino también el cumplimiento de un sueño compartido entre Luca y su amigo Timmy McKern, quien en los años 90 rescató estas grabaciones inéditas y las publicó en formato CD.
“Estas canciones algún día van a salir en un vinilo” decían, y esa promesa hoy se materializa gracias a una producción independiente impulsada por NYC Records, un proyecto conjunto del músico y conductor Roberto Pettinato y el coleccionista argentino radicado en Nueva York, Marcelo Frías, con la aprobación de Silly Producciones, el sello de McKern.
La presentación oficial tuvo lugar en la disquería Musicomio, donde Pettinato, McKern y Germán Daffunchio (actual líder de Las Pelotas y excompañero de Luca en Sumo) se reunieron para celebrar el lanzamiento. Entre el público se mezclaron fanáticos y músicos contemporáneos como Walas (Massacre) y Piti Fernández (Las Pastillas del Abuelo).
Time, Fate, Love: el Luca más íntimo y desconocido
Este material reúne grabaciones realizadas por Luca durante su estadía en Córdoba entre 1981 y 1983, justo al llegar a Argentina para escapar de su adicción a la heroína. Tentado por una foto de las sierras cordobesas enviada por McKern, Prodan buscó en ese paisaje una cura y encontró, además, un espacio para la creación.
Time, Fate, Love revela a un Luca profundamente introspectivo, influenciado por el folk de figuras como Nick Drake y John Martyn. El disco es una colección de piezas acústicas que destilan melancolía, experimentación y un tono confesional. En canciones como “Mount Etna Erupts”, “End of August” y “La pequeña muerte”, Prodan captura un rango emocional vasto que muestra su sensibilidad como compositor.
Algunas piezas resultan inéditas y sorprendentes, mientras que otras funcionan como versiones proto-Sumo. Temas como “Regtest”, “TV Caliente” y “Divididos por la felicidad” suenan en su forma más cruda y despojada, anticipando lo que más tarde serían himnos del rock argentino.