El pop está de luto. En el día de hoy se conoció la noticia de la inesperada muerte de Raffaella Carrá, la cantante italiana que pisó fuerte en Latinoamérica y se convirtió en un ícono pop. La artista tenía 78 años y padecía cáncer, aunque había mantenido esta información en privado. La noticia impactó fuertemente en el público, ya que se trata de una adorada figura a nivel mundial y especialmente enarbolada por la comunidad LGBTIQ+.
Raffaella pasó por el cine, la televisión, la danza y la música. A sus 9 años empezó su carrera artística e incluso llegó a migrar a Hollywood persiguiendo el éxito en los años 60. Si bien hizo algunas películas en el país gringo, decidió volver a Europa -Italia y España- donde se desarrolló como conductora de televisión y empezó su carrera musical fuertemente influenciada por el disco, una mixtura del pop naif con el espíritu liberado de la segunda mitad de la década del 70, pos franquismo.
La cantante es recordada por sus presentaciones únicas, muchas en televisión, sin banda pero con cuerpo de bailarines. Raffaella se caracterizó por usar provocadores trajes, muchos con la estética de la música disco y toques españoles. Su pelo rubio carré también se convirtió en un símbolo inconfundible, al igual que sus singulares bailes en el escenario.
Varias de sus canciones sufrieron la censura en Argentina como “5353456” y “Hay que venir al sur”. El hecho es que los temas de Raffaella tenían un importante contenido erótico al igual que su performance, una de las razones por las que sus actuaciones resultaban tan hipnóticas como inolvidables. Sin embargo, resulta imposible hablar de Carrá y no nombrar “Fiesta“, posiblemente su canción más paradigmática y transversal a diversas generaciones.
Su música ha sido parte del cine, como en el reciente film español Explota, explota, un musical compuesto completamente con su repertorio, o en la inolvidable escena inicial de La Grande Belleza de Paolo Sorrentino. A continuación, repasamos cinco canciones que confirman que es un verdadera diva, con todos los condimentos para influenciar y mantenerse como inmortal en la cultura.