En enero de este año fallecía la cantante de The Cranberries, Dolores O’Riordan, a los 46 años. La noticia fue divulgada como muerte súbita, ya que fue hallada muerta en la habitación de su hotel en Londres, donde se encontraba para realizar una grabación del hit “Zombie” junto a la banda Bad Wolves. Aparentemente la cantante no sufría ninguna enfermedad ni había inflingido ninguna herida sobre sí misma.
Hoy se da a conocer la verdadera causa de muerte y revela un estado, al menos, frágil de O’Riordan. La jueza forense Shirley Radcliffe declaró, luego de realizada la autopsia, que se trató de un “ahogamiento por intoxicación etílica”, pero se concibe como accidente ya que no se encontró ningún signo de autoflajelación o heridas.
La vocalista habría sido encontrada en su bañera, ahogada, y a su alrededor varias petacas vacías, una botella de champán vacía también y algunos restos de pastillas recetadas.
La cantante irlandesa había hablado repetidas veces de su pasado luchando contra desórdenes alimenticios y trastorno de bipolaridad, incluso, en una entrevista de 2014, Dolores confesó haber sufrido abusos en su niñez. Sobre su trastorno bipolar, la cantante compartió en 2017:
“Hay dos extremos del espectro: puedes sentirte extremadamente deprimida (…) y perder el interés en las cosas que amas hacer, y luego te sientes súper eufórica”.
“Yo entraba y salía del extremo hipomaníaco por un período largo, pero solo puedes estar en ese extremo por cerca de tres meses hasta que tocas fondo y caes en la depresión”, explicó en una entrevista con el periódico Metro.