La historia de cómo surgió t.A.T.u. comienza con Iván Shapoválov, productor ruso que decidió dejar atrás su pasado de psicólogo infantil para dedicarse de lleno a la industria musical. Shapoválov había visto la película sueca Show Me Love de 1998, una historia de amor de dos compañeras de la escuela, y quiso recrearla en un dúo de cantantes. Hizo un casting en el que participaron más de 500 adolescentes y quedaron seleccionadas Yulia Vólkova y Lena Katina, quienes apenas tenían 14 y 15 años. Ese fue el inicio del que se volvería el grupo de pop más importante en la Rusia de pleno comienzo del siglo XXI.
Shapoválov quería que el nombre del proyecto fuese significativo, por eso pensó en el acrónimo “ta lyubit tu” [en ruso], que significa “esta chica ama a esta chica”. La propuesta evitó la tibieza desde el principio: el productor estaba dejando claro por dónde quería ir. Así, estas adolescentes que ya se conocían desde niñas, pero que se enteraron recién al final del casting que la idea era crear un dúo, aceptaron ser parte del proyecto. Y después de un año de ensayos, en 2001 publicaron su disco debut: 200 Po Vstrechnoy.
La grabación de “All the Things She Said“, la primera canción que las catapultó a la fama, empezó de una manera que ninguna de las cantantes esperaba. “Estábamos ahí, paradas frente al micrófono, gritando estas dos frases y riéndonos… Iván nos miró y dijo: ‘Falta algo… ¡Se tienen que besar!’. Volkova y yo nos morimos de la risa. Iván frunció el ceño. ‘En serio. Vamos, trabajemos…’, contó Katina en una entrevista con el diario ruso Story Caravan en 2011. Era de esperar que la temática elegida para su primer video siguiera esos pasos. En “Ya Soshla S Uma“, la versión rusa del single, el publicista les pidió que se comportaran como si fuesen novias. Y aunque la cámara no logró captar ni un beso real, la edición sí logró crear una fantasía romántica.
Para ese entonces, al proyecto le estaba yendo bien, pero el éxito no fue tan rotundo como Shapoválov había imaginado. El idioma ruso no estaba logrando romper las fronteras, por lo que decidieron editar la versión del disco en inglés: 200 km/h in the Wrong Lane, distribuido por Universal Music International. El álbum estaba compuesto por temas como “Show Me Love” -una clara referencia de la película que Shapoválov había ideado como parte del proyecto-, un cover de “How Soon Is Now?” de The Smiths, y la tan afamada “All the Things She Said”. Publicada como single el 9 de septiembre del 2002, “All the Things She Said” fue la primera canción de un artista ruso en alcanzar el primer lugar en la lista de singles del Reino Unido, así como también en la de Australia, donde permaneció casi un mes. Habían pasado pocas semanas y el tema ya era el número uno en más de 20 países.
Con una gira en los Estados Unidos por delante, Shapoválov decidió volver a grabar las escenas del video en las que cantaban para la versión en inglés. El resultado es muy similar al video que habían hecho dos años antes, con la gran diferencia de que esta vez las chicas sí se besaban, frente a los ojos de un millón de adultos que reprobaron su actitud. “Antes de Yulia, solo había besado a un chico. Con el segundo beso de mi vida, todo cambió: escándalos e indignación en torno a t.A.T.u., conciertos por todo el mundo, discos de oro y platino, regalías extraordinarias para una colegiala…“, recordó Lena en la misma entrevista con Story Caravan.
La argentina Paula Maffia recuerda cuando vio el video por primera vez en MTV: “Me parecía que era completamente berreta el vínculo entre estas dos chicas, un poco armado para el consumo heterosexual. No era un video para un público más amplio porque por supuesto incluía el morbo masculino de ver a dos mujeres juntas, y el hecho de que fueran colegialas y que tuvieran ropitas muy cortitas y estuvieran mojadas bajo la lluvia… y esa cosa de campo de concentración donde ellas están reprimidas en un país que condena a muerte la homosexualidad”.
El mito de la lesbiandad entre ambas estaba surgiendo efecto: el dúo t.A.T.u se estaba haciendo muy conocido en todo el mundo. Y estaban haciendo parecer que en Rusia, donde recién en 1993 se había legalizado la homosexualidad, las cosas no eran tan prohibidas. De hecho, en esa gira estadounidense donde grabaron el video, sucedió algo que no estaba en los planes. En marzo de 2003, las chicas se presentaron en televisión vistiendo remeras que decían [en ruso] “A la mierda la guerra”. La producción, que no sabía lo que significaba, las censuró en el recorte del video que pasaron del programa, no mostrando el beso que se habían dado cuando cantaron “All The Things She Said”.
Días después se presentaron en el show de Jimmy Kimmel vistiendo remeras que decían “Censored”, por lo que había pasado en el programa anterior. Durante toda la entrevista, las chicas mantuvieron tuvieron una actitud desvergonzada y Yulia incluso dibujó en la mano de Kimmel las palabras que llevaban días atrás en sus remeras. Y cuando cantaron de nuevo el éxito del momento, se dieron el tan afamado beso cubriéndose las caras. Pero más allá de la actitud que mostraban en televisión, las chicas no eran para nada libres. “Iván nos prohibía dar entrevistas, no interactuábamos con los periodistas, les respondíamos con una palabra o de forma ambigua. Solo para asegurarnos de que no diríamos algo accidentalmente“, contó Katina unos años después.
Ya de nuevo en Rusia, y con planes de grabar un segundo disco, las t.A.T.u. vieron cómo todo lo que habían creado se empezó a caer. Comenzó cuando participaron en el concurso Eurovision cantando el tema “Ne ver ne boysa”. Lograron quedar terceras, a tan solo tres puntos de la victoria, pero la presentación no había sido buena: ellas desafinaron, la banda sonó mal y, aunque cada tanto intercambiaban miradas, faltaba esa chispa que hacía pensar a todos que alguna vez habían sido pareja.
El dúo finalmente rompe su contrato con Iván Shapoválov en diciembre de 2003. Durante la grabación de su segundo álbum habían sentido que el proyecto estaba entrando en decadencia, que la calidad de la nueva música era demasiado baja y que Shapoválov solo estaba interesado en crear conflictos. Años más tarde, Volkova dijo: “Iván pasaba su tiempo pensando en los escándalos en lugar de la planificación de nuestro trabajo artístico. Estoy segura de que nuestros fans querían escuchar nuevas canciones y nuevos discos antes que nuevos escándalos”. Para empeorar las cosas, a principios del año siguiente Yulia confirmó que estaba embarazada y que había estado saliendo con un hombre durante los últimos años.
Un par de meses después, decidieron intentarlo de nuevo: Volkova se unió a Katina y el productor Sergey Galoyan en el estudio. El grupo seguía teniendo el apoyo de Universal Music International para grabar nuevas canciones y tratar de mantener el éxito. Así publicaron su segundo disco, Dangerous and Moving, en octubre de 2005, junto con su homólogo ruso titulado Lyudi Invalidy. Pero nada fue como lo que sucedió con su primer disco. Con Yulia con una nueva pareja y embarazada de vuelta, el mito de ellas siendo novias ya estaba demasiado lejos. La decepción que sintió su público fue tan grande que en 2007, año en el que Yulia fue madre por segunda vez, la banda emitió un comunicado para aclarar la situación: “Cuando el segundo álbum de t.A.T.u. salió, muchos de nuestros fans de orientación sexual alternativa pensaron que los habíamos mentido y traicionado. ¡Esto no es cierto! Nunca hicimos eso y siempre hemos defendido el amor sin fronteras“.
Pese a que las ventas del álbum no superaron al primero, el dúo publicaría cuatro discos más hasta que en 2011 finalmente se separaron y cada una comenzó su carrera solista. Solo se volvieron a reunir para un encuentro muy frío en 2014, cuando cantaron en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Sochi. Ese concierto estaba sucediendo solo un año después de que Rusia declarara la ley contra la propaganda homosexual con el objetivo de “proteger a la niñez de la información que aboga por la negación de los valores familiares tradicionales”. Aprobada por unanimidad y firmada por el presidente Vladimir Putin en junio de 2013, esta ley fue el pie para que Yulia terminara de destrozar la reputación del grupo.
En una entrevista televisiva, la integrante declaró que nunca amaría a un hijo gay: “Lo condenaría, porque creo que un hombre debe ser un hombre de verdad. Dios creó al hombre para procrear, es su naturaleza. El hombre, para mí, es fuerza”. Y agregó: “Me parece que las lesbianas se ven estéticamente mucho más bonitas que dos hombres que se dan la mano o se besan”. Por su parte, Lena, quien desde 2015 también era madre de un niño, se mostró más coherente con lo que proponían como grupo, declarándose a favor de la diversidad sexual: “El amor es simplemente amor, nada debería coartar ese sentimiento”.
Fue hace solo unos días que el grupo decidió poner sus diferencias de lado y juntarse en el escenario del festival Ovion Show celebrado en Minsk, Bielorrusia. Aparecieron felices, tomadas de la mano y sonriéndole la una a la otra. El concierto, que abrió con la canción que hoy cumple veinte años, parece ser el regreso definitivo del grupo a la música y así lo dieron a entender en una publicación de Instagram: “Entendemos cuán importante es para nuestros fans y lo mucho que han estado esperando. Ahora no vamos a parar. Tenemos mucho trabajo que hacer y muchos proyectos conjuntos. ¡Vamos hacia adelante! Y no lo hacemos solas, sino en grupo”. Será cuestión de tiempo saber si eso realmente sucederá, pero más allá del futuro, podemos decir que con “All the Things She Said”, Lena y Yulia hicieron mucho por un colectivo que no era el suyo en un país donde aún era todo más complicado.
“La canción es muy buena y sigue siendo al día de hoy excelente -admite Maffía-. Así que, si bien era más que evidente que era un producto, era un excelente producto. Creo que a todas nosotras nos quedó grabada a fuego esta canción… yo las recuerdo con mucho cariño”. “Hoy suena esa canción en toda fiesta queer y es como si resonara en muchos cuerpos algo de esa memoria, esas imágenes -afirma Rocío Tirita, cantante de Sudor Marika- Es como si fuese un código lésbico de alguna manera, como si volviera a pasar ese video, esa época, lo que produjo esa música. Siento que establecieron algo así como un guiño: suena la canción y es una lesbiseñal”.