Cuando se habla del final de The Beatles, generalmente se hace referencia al fallecimiento del manager Brian Epstein, el progresivo distanciamiento de John Lennon del resto de sus compañeros para enfocarse en su carrera solista y junto a Yoko Ono, y las constantes y crecientes fricciones entre todos los miembros de los Fab Four, entre otros asuntos.
Aún con todas las situaciones que el cuarteto de Liverpool estaba viviendo puertas adentro, Paul McCartney, George Harrison, Ringo Starr y el mencionado Lennon se las arreglaron para finalizar Let It Be, su decimosegundo y último álbum de estudio, pero lo cierto es que la acumulación de problemas les pasó factura, tanto en lo profesional como en lo relacional.
Uno de los vínculos que más fuertemente se vio afectado fue el de Macca y Harrison, quien como todo artista, transformó sus sentimientos en inspiración y los volcó en una canción sobre su problemática relación con Paul: se trata de “Run of the Mill”, track que fue incluido en el tercer álbum en solitario del guitarrista, All Things Must Pass, editado el 27 de noviembre de 1970, tan solo meses después de la disolución de los Beatles.
Escrito en 1969, durante esas infames sesiones de Let It Be, más precisamente en el momento en el que el músico abandonó temporalmente la banda, el tema estaba dirigido directamente a su ex-compañero, según le confesó el propio Harrison al editor de The Beatles en 1979, cuando le aseguró que se había cansado de McCartney en la época que plasmó en el papel la canción y sentía que él andaba por las oficinas [del sello] Apple diciendo: “’No sos bueno’. Todo el mundo era simplemente incompetente. Fue ese período: el del problema de las asociaciones”.
Líricamente, “Run of the Mill” es tan fuerte como cualquier cosa que George haya escrito para los Beatles, ya que comienza a cantar sobre las decisiones que se toman y con respecto a “cuándo y cuándo no levantar la voz”.
En la sección del estribillo, el ganador de múltiples Grammy reflexiona sobre cómo “nadie a tu alrededor puede cargar con la culpa por vos”. Luego, el track deja de lado las conjeturas y apunta directamente a McCartney: considerando que Harrison había mantenido fuertes amistades con Lennon y Ringo Starr, cuando canta “cómo perdí tu amistad”, solo puede tratarse de Macca. Incluso responde a la pregunta: “Lo veo en tus ojos / aunque estoy a tu lado / no puedo cargar con la culpa”.