Mucho antes de que The Beatles decidieran ponerle un punto final a su historia como grupo, los conflictos ya eran parte del día a día de sus integrantes. Por ejemplo, durante las grabaciones del famoso The White Album, la banda de Liverpool experimentó inconvenientes al darle vida a una de sus canciones más conocidas: “Ob-La-Di, Ob-La-Da”. (vía Ultimate Classic Rock)
El himno nació después del viaje de los Fab Four a India y fue una oda de Paul McCartney al ska y al reggae, géneros que se habían vuelto cada vez más populares en Gran Bretaña a medida que avanzaban los años 60. El nombre del protagonista, Desmond, se refería al cantante de reggae Desmond Dekker, quien recientemente había estado de gira por el Reino Unido y se había mudado a Inglaterra ese mismo año.
En total, los Beatles pasaron alrededor de 42 horas trabajando en esta única canción, lo cual produjo un desgaste entre Macca, John Lennon, Ringo Starr y George Harrison. Aunque el conjunto invirtió tanto tiempo y dedicación en el tema, lo cierto es que este no era del agrado de todos. En su libro de 2006, Here, There and Everywhere: My Life Recording the Music, el ingeniero Geoff Emerick dijo que Lennon “detestaba abierta y vocalmente” el track, considerándolo “más de la música de abuelita de Paul”.
Emerick también comenzó a cansarse del perfeccionismo de McCartney a medida que pasaban las horas. El productor George Martin también sintió la tensión. En un momento, según Emerick, Paul descartó algunas sugerencias vocales del conocido como el quinto Beatle, quien (de manera bastante inusual) respondió: “¡Entonces cántalo de nuevo, maldita sea! Me rindo. Simplemente no sé cómo ayudarte a hacer mejor”.
Más allá de las tensiones, la situación generó una frustración tal en Lennon que ese sentimiento lo llevó a dar con una de las intros más reconocibles de un tema de los Beatles. “Después de unas cuatro o cinco noches haciendo ‘Ob-La-Di, Ob-La-Da’, John Lennon llegó a la sesión realmente drogado, totalmente fuera de sí, y dijo: ‘Está bien, voy a hacer ‘Ob-La-Di, Ob-La-Da'”, recordó Emerick en The Complete Beatles Recording Sessions.
“Fue directamente al piano y rompió las teclas con una enorme cantidad de volumen, el doble de la velocidad que lo habían hecho antes, y dijo: ‘¡Esto es todo! ¡Vamos!’. Estaba realmente agravado. Esa fue la versión que terminaron usando”. Finalmente, después de muchos conflictos, la canción fue lanzada como single y en The White Album para convertirse, incluso hasta el día de hoy, en uno de los mayores éxitos de la historia de los Beatles.