A lo largo de sus pocos pero prolíficos años juntos, los Beatles escribieron decenas de canciones inspirándose en diversos temas, como por ejemplo anécdotas, recuerdos de la infancia y otros artistas. Para uno de los himnos más conocidos del cuarteto de Liverpool, Paul McCartney se inspiró en uno de los compositores más importantes, no solo de su época sino de la historia de la música: Johann Sebastian Bach.
A la hora de escribir la famosa canción “Blackbird”, el bajista de los Fab Four pensó en las personas que estaban viviendo momentos difíciles en el sur de los Estados Unidos durante la década de los 60 debido a cuestiones sociales. “Estaba sentado con mi guitarra acústica y escuché sobre los problemas de derechos civiles que estaban ocurriendo en los años 60 en Alabama, Mississippi, Little Rock en particular”, le dijo Macca a GQ.
“Pensé que sería realmente bueno si pudiera escribir algo que, si llegara a alguna de las personas que pasaban por esos problemas, podría darles un poco de esperanza. Entonces, escribí ‘Blackbird'”. Según Far Out Magazine, “el bajista escribió una melodía de gran anhelo e infinitas posibilidades, pero fue la parte central la que se destacó”.
“Era una canción de gran herencia e integridad, derivada de un acorde que McCartney aprendió de joven tocando frente a George Harrison. Cuando era adolescente, pasaba el tiempo interpretando el tema ‘Bourrée’ de J.S. Bach como forma de hacerse ver ante el público, pero diez años después utilizó ese estribillo para crear una metáfora para todo el mundo“, asegura el medio.
No caben dudas de que el esfuerzo de Paul dio sus frutos, ya que “Blackbird” no solo destacó entre las demás pistas de The White Album, sino que también se convirtió en uno de los tracks más destacados de toda la discografía de los Beatles, el cual sigue vigente hoy en día.