No hay un tiempo definido para el arte: mientras que hay obras que pueden tardar años y hasta décadas en gestarse y tomar forma hasta que son compartidas con el mundo (si es que llegan a este punto), muchas otras tardan minutos y horas en aterrizar en la mente de su creador. Este último fue el caso de “Birthday”, una canción que John Lennon y Paul McCartney escribieron para el llamado White Album de los Beatles.
El episodio tuvo lugar el 18 de septiembre de 1968, casi un mes antes de terminar con las grabaciones del noveno trabajo de estudio de los Fab Four. Ese día, la legendaria dupla de cantautores escribió desde cero el mencionado track a las apuradas para ir a ver una de sus películas de rock and roll favoritas.
“Lo que sucedió fue que The Girl Can’t Help It estaba en la televisión”, confesó McCartney en 1968 (vía Far Out): “Esa es una vieja película de rock con Little Richard, Fats Domino, Eddie Cochran y algunos otros. Queríamos verla, así que empezamos a grabar a las cinco en punto. Y dijimos: ‘Haremos algo, inventaremos un tema para acompañar’. Así que pensamos en algo muy simple: un tipo de blues de doce compases”.
“Nos quedamos atrapados acá y allá, sin tener idea de cuál era la canción o qué iba a suceder. Acabamos diciendo: ‘Está bien. Doce compases en LA, cambiaremos a RE y voy a hacer algunos beats en DO’. Realmente lo hicimos así… algo al azar”, continuó Macca.
“Volvimos a mi casa y vimos The Girl Can’t Help It. Luego volvimos al estudio nuevamente e inventamos algunas palabras para acompañar [la canción]. Así que la inventamos en en una noche. Umm, ya sabés. Nunca lo habíamos pensado antes. Y es uno de mis favoritos por eso”, cerró en aquella oportunidad.
Por su parte, John aseguró en una entrevista con David Sheff para Playboy en 1980 que su sentimiento hacia el tema era muy diferente al de su compañero:
“A ‘Birthday’ la escribimos en el estudio. Ahí mismo, en el momento. Creo que Paul quería escribir una canción como ‘Happy Birthday Baby’, el éxito de los años cincuenta. Pero fue creada en el estudio. Era un pedazo de basura”.
Si bien el track pudo haberle parecido una basura a Lennon unos años después de grabarla, lo cierto es que es un raro ejemplo del dúo de Lennon y McCartney trabajando juntos al unísono en una época de los Beatles en la que la banda rara vez componía canciones juntos.
Paul confirmó la asociación que formó con John para crear el track en 1994, cuando señaló: “Pensamos: ‘¿Por qué no inventar algo?’. Así que hicimos un riff y los arreglos fueron en torno a eso. Fue 50-50 entre John y yo, inventado en el acto y grabado por completo en la misma noche”.