La historia de cómo se conocieron The Beatles y Bob Dylan circula en el imaginario popular como un momento mítico del rock. Fue en 1964 -en el hotel neoyorquino Delmonico- que uno de los cantautores más grandes del momento y la banda británica -que llegaba a los Estados Unidos por primera vez-, se encontraron por primera vez. Dylan era el ídolo de los Fab Four, por lo que este encuentro significaba un momento único para ellos.
El encuentro se dio en el mencionado hotel, junto con asistentes, el manager de The Beatles –Brian Epstein-, periodistas y más. Allí, Bob invitó a los cuatro de Liverpool a fumar marihuana, pensando que era una práctica habitual para ellos ya que encontró una referencia en la canción “I Wanna Hold Your Hand” pensando que el estribillo decía “I get high”. Lo cierto es que la letra de la canción dice “I can’t hide” y The Beatles nunca habían probado la marihuana, pero decidieron esconder este dato y compartir unos cigarrillos canábicos con su ídolo.
Pasado un rato todos se estaban comportando de manera algo extraña, sobre todo Paul McCartney, que juraba haber encontrado el sentido de la vida y pidió papel y lápiz de manera urgente para escribirlo y guardar lo que él pensaba que era un tesoro. Luego de que su manager de gira encontrara dónde anotar, el beatle le pidió que lo guardara como si se tratara de algo sumamente importante. Al día siguiente, miró aquel papel y había escrito “hay siete niveles”. Mientras, Ringo Starr reía como loco, tal como lo recordó años después, diciendo que fue una noche fabulosa.
Recordando aquel momento, George Harrison reveló que se pasaban escuchando los álbumes de Dylan una y otra vez, algo que en John Lennon tendría una clara influencia en su forma de hacer canciones como “Norwegian Wood” o “You’ve Got to Hide Your Love Away”.
En aquel momento, el músico estadounidense gozaba de más reconocimiento que los jóvenes británicos y este encuentro significaba un momento de muchos nervios y de fanatismo para los cuatro que terminó convirtiéndose en una noche de puras risas y pasó a la historia como la primera vez que los Fab Four se cruzaron con la marihuana.