Paul McCartney supo liderar a The Beatles a nivel compositivo en muchas ocasiones, sobre todo en la mayoría de canciones de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. En cambio, en Revolver (1966) está más presente la impronta revolucionaria de John Lennon y George Harrison.
Un detalle importante sobre buena parte de las canciones de Revolver es que reflejan con crudeza algunas de las primeras experiencias de los Fab Four con drogas intensas como el LSD: según reportes, “She Said, She Said” habla sobre un viaje de ácido en el cual los acompañó Peter Fonda.
El actor de Easy Rider comentó la experiencia -de la que participaron todos los Beatles excepto McCartney- en una entrevista con la revista Rolling Stone:
“Estaban sentados en una mesa bajo una sombrilla, en un intento bastante cómico de privacidad. Luego dejamos caer el ácido y comenzamos a viajar durante lo que resultaría ser toda la noche y la mayor parte del día siguiente; todos nosotros, incluidos los Byrds originales, al final terminamos metidos en una bañera enorme, vacía y hundida en el baño, balbuceando nuestras mentes”.
El hecho de que Paul se haya negado a participar de ese ritual más adelante redundaría en que de alguna manera se sintiera desconectado del espíritu de esa composición y que no quisiera tocar el bajo al momento de grabarla. Años más tarde él reconocería ante la prensa que se peleó con sus compañeros en el estudio y se fue de allí esa tarde: “Les dije, ‘¡Oh, váyanse a la mierda!’ Y ellos dijeron, ‘Bueno, lo haremos’. Creo que George tocó el bajo”.