Hace unos días hablamos de “Never Without You”, canción compuesta por Ringo Starr en homenaje a su querido amigo George Harrison, quien perdió la vida el 29 de noviembre del 2001 tras luchar contra el cáncer.
En este caso nos volvemos a quedar con el exguitarrista de The Beatles pero para rememorar un horrible hecho que sucedió apenas unos años antes de su muerte. Nos referimos al día que Harrison fue apuñalado en su mansión de Friar Park, un 30 de diciembre de 1999.
Según recuerda una reciente publicación, Harrison y su mujer Olivia dormían plácidamente cuando cerca de las 3.30 h fueron despertados por una serie de ruidos que provenían de otro sector de la casa. Un hombre armado con un cuchillo había logrado ingresar a la mansión tras evadir la seguridad y romper una ventana con una estatua. Su nombre era Michael Abram.
Si bien el ex beatle intentó frenar al atacante -de hecho, quiso taclearlo- no logró desarmarlo y en el forcejeo recibió varias puntadas, algunas más graves que otras: “En ese momento sentí cómo la sangre entraba a mis pulmones. Sentí que mi pecho se desinflaba. La sangre inundaba mi boca y el aire se escapaba de mi tórax. Mis brazos cayeron al costado del cuerpo, no los podía levantar. Mis fuerzas se evaporaron. Estaba convencido de que me había herido de muerte”, declaró tiempo después el guitarrista.
Decidida a ayudar a su esposo, Olivia golpeó a Abram y esto dijo tras el incidente: “Le pegué al tipo varias veces, y pude ver la sangre esparciéndose por su cabello rubio, y luego se levantó y me persiguió. Me tenía agarrada del cuello y George se levantó y saltó sobre su espalda. Y el pobre George, ya sabes, dijo más tarde: ‘Justo cuando se despegó de mí, pensé ‘Oh, bien, ahora tengo que ir a pelear con él'”.
Luego de que la policía llegue y se lleve al atacante, George -quien recibió más de 30 puñaladas- fue derivado a un hospital y fue operado tras sufrir la perforación de un pulmón. Se había salvado de milagro. Sin embargo, y a pesar de lo traumático que fue el suceso, Harrison nunca perdió el sentido del humor. De hecho, cuando lo interrogaron por el ataque, dijo lo siguiente: “No sé quién era pero seguro no era un ladrón, ni estaba haciendo un casting para los Travelling Wilburys”.
Después de realizada la investigación, se determinó que no había sido un ataque al azar. Michael Abram creía que los Beatles eran brujas que volaban sobre escobas y que Dios lo había enviado para matar a Harrison, a quien veía como un hechicero y un diablo.
En una posterior entrevista, el hijo de George –Dhani- habló sobre la devoción de su padre por la meditación y las prácticas budistas que pudieron haberlo ayudado a sobrevivir: “Fue brutalmente atacado, y para cuando murió, ni siquiera tenía una sola cicatriz. Era como un yogui, él superó eso física y mentalmente y no dejó que le afectara. Pero definitivamente le quitó años de su vida, ya sabes. Estás tratando de luchar contra el cáncer y al mismo tiempo recuperándote de un ataque así, eso te quita fuerzas.”