Mucha (muchísima) agua ha corrido bajo el puente desde aquel 27 de octubre de 2008 en el que The Cure decidió editar 4:13 Dream, su 13º y, hasta ahora, más reciente disco. Pero tranquilos fanáticos de Robert Smith y compañía, porque parece que la espera valdrá totalmente la pena según declaraciones recientes de Roger O’Donnell, quien aseguró que el próximo será “el álbum más intenso, más triste, más dramático y más emocional” de la banda.
En una entrevista con la revista británica Classic Pop (vía RadioX), el tecladista del grupo confesó que tanto él como Smith coincidían en la idea de lanzar otro proyecto discográfico a menos que éste estuviera a la altura de sus altas expectativas.
En el mencionado diálogo, O’Donnell aseguró:
“Hace cuatro años, le dije a Robert: ‘Tenemos que hacer un LP más. Tiene que ser el álbum más intenso, más triste, más dramático y más emotivo que hayamos hecho, y luego simplemente podemos retirarnos’. Él aceptó. Escuchando los demos, es ese disco. Creo que todos estarán contentos con él”.
“El problema es que pasaron doce años desde el último álbum, por lo que se vuelve precioso. Cuando tenés un catálogo anterior como The Cure, es mucho para estar a la altura. Robert dijo: ‘Si la banda dice algo más, mejor que sea importante y que sea bueno’. Lo es, es un disco increíble. Solo sugiero un poco de paciencia”, agregó.
Por otro lado, el músico de 64 años admitió que, a pesar de haber sido incluidos en el Salón de la Fama del Rock & Roll en 2019, el show de The Cure para cerrar la última edición del festival Glastonbury fue lo que lo hizo recordar cuán famoso es el conjunto de la ciudad inglesa de Crawley.
“Obviamente fuimos un gran grupo durante mucho tiempo, pero el año pasado fue bastante extraño”, reflexionó. “Para los ingleses, el Salón de la Fama del Rock & Roll es medio una risa, porque tratan a los artistas como si fueran equipos de hockey que ganaron un torneo. Pero es un gran reconocimiento en los Estados Unidos. El día después de encabezar Glastonbury, yo pensé: ‘¡Guau, somos un gran banda! ¡Encabezamos Glastonbury!’ Se me pasó por la cabeza durante unos cinco minutos, y pude entender cómo un conjunto joven podría perder la cabeza después de un recital como ese. Pero luego volví a Devon. Todos los días a las 4 p.m., veo a mi vecino Geoff para tomar el té en su granja. Como siempre lo hacemos, nos preguntamos sobre nuestro día. Esa vez hubo un contraste interesante”, cerró.