Además de estar marcada por vicios, excesos y un repertorio lleno de canciones que los inmortalizaron como una de las mejores bandas del mundo, la historia de los Rolling Stones también estuvo cargada de momentos tanto increíbles como bizarros. Uno de ellos fue cuando los teloneó una banda formada por monos amaestrados que tocaban instrumentos.
Aunque parezca una escena sacada de un capítulo de Los Simpson, esto realmente sucedió. Todo comenzó cuando en 1964, el grupo británico viajó a San Antonio (Texas) para participar de una feria estatal, compartiendo grilla con Bobby Vee y George Jones. Lo que se anticipaba como una presentación tranquila -en comparación a los shows salvajes que el grupo venía teniendo en aquel entonces-, terminó siendo una noche desastrosa, aunque memorable por las causas incorrectas.
Se sabe que los texanos son, en su gran mayoría, personas conservadoras y en ocasiones difíciles de llevar. No temen en decir lo que piensan, y mucho menos en demostrarlo. Es por eso que cuando el quinteto formado por Mick Jagger, Keith Richards, Brian Jones, Charlie Watts y Bill Wyman comenzó a tocar, no dudaron en abuchearlos enérgicamente hasta lograr que abandonaran el escenario.
Acto seguido, su lugar fue suplantado por un grupo de monos entrenados y con instrumentos que inexplicablemente volvían loco al público allí presente. “Para el final del show volvió el acto de acrobacias y monos entrenados, mientras que los Rolling Stones fueron abucheados”, escribió el periodista Jack Hutton, del medio Daily Mirror, en una crónica sobre esa actuación.
Según Hutton, los demás artistas que se presentaron ese día no recibieron un trato tan hostil, sino que fueron aplaudidos y celebrados. Aún así, Bill Wyman recuerda eso de modo diferente en su libro de memorias Stone Alone. “El show fue al aire libre y ninguno de los artistas que se presentó recibió un buen trato por parte del público formado por vaqueros y niños”. “Tuvimos que subir a tocar después de un grupo de simios. ¿Qué mierda hacíamos ahí? La gente no sabía si tomarnos en serio o en chiste. No sabíamos en qué nos habíamos metido”, recuerda Wyman.
Sin embargo, el calvario que sufrieron los Stones no terminó en el escenario. Una vez que lograron escapar de la violenta multitud y finalmente arribaron al hotel, tuvieron otro episodio particular y vergonzoso el día siguiente. “Mientras tomábamos sol alrededor de la pileta del hotel, el mozo que nos estaba sirviendo bebidas se acercó para comentarnos que un huésped se había quejado con la administración porque había visto chicas nadando en la pileta y tomando sol en topless… ¡y éramos nosotros!”.