Hoy en día es muy difícil imaginar qué hubiera sido de la escena musical si nunca hubieran aparecido los Rolling Stones. El grupo comandado por Mick Jagger y Keith Richards surgió a comienzos de los 60 y desde entonces no paró más hasta convertirse, no solo en una de las bandas más grandes de la actualidad, sino de todos los tiempos.
Aún así, claro está, los inicios de los británicos distan mucho de lo que hoy son y de su capacidad tanto para componer como para escribir. De hecho, a la dupla Jagger-Richards le tomó varios años (y discos de covers) sentirse lo suficientemente confiados como para presentarle al mundo su primer single: “The Last Time”, canción que integró el álbum Out of Our Heads, de 1965.
En el libro de 2003, According to The Rolling Stones (vía Far Out), Keith Richards escribió acerca de cómo el track fue un punto de inflexión para la banda: “No nos resultó difícil escribir canciones pop, pero fue MUY difícil – y creo que Mick estará de acuerdo – escribir uno para los Stones”.
El guitarrista agregó:
“Nos pareció que tomó meses y meses y, al final, se nos ocurrió ‘The Last Time’, que básicamente readaptaba un tema tradicional de góspel cantado por los Staple Singers, pero afortunadamente la canción en sí misma va de vuelta a las brumas del tiempo. Creo que estaba tratando de aprenderlo con la guitarra solo para obtener los acordes, sentado ahí tocando el disco, sin conciertos, nada más que hacer”.
“Al menos le pusimos nuestro propio sello, como lo habían hecho los cantantes básicos, y como lo hicieron otras personas antes y desde entonces: todavía lo están cantando en las iglesias hoy”, agregó. “Nos dio algo sobre lo que construir para crear la primera canción que sentimos que podíamos presentar decentemente al grupo para tocar… ‘The Last Time’ fue una especie de puente para pensar en escribir para los Stones”.
Esa creación llevaría a una de las carreras más fructíferas en la música moderna y Richards reconoció esto al mencionar: “Nos dio un nivel de confianza, un camino de cómo hacerlo. Y una vez que habíamos hecho eso, estábamos en el juego. No hubo piedad porque luego tuvimos que llegar a la siguiente. Habíamos entrado en una carrera sin siquiera saberlo”.