El sonido de Trópico Duclos es denso, poderoso y climático. Este colectivo musical de Montevideo fundado en 2016 y compuesto por once integrantes desarrolla una inquietante cruza entre el stoner rock, la psicodelia y el hard rock que presenta referencias tanto al sonido valvular de los setenta como al indie de los noventa. En este sentido, no es casual que su primer single, distribuido por Myrtke Records en NYC, se llame “Canción para Kim Gordon” y contenga un sample de la icónica exbajista y cantante de Sonic Youth.
Pero el presente de Trópico Duclos lleva su recorrido por nuevos paisajes musicales. Mamboretá, su flamante tercer disco publicado a principios de julio, propone una travesía atrapante y nocturno que ellos mismos comparan con un tren de ocho vagones “no exento de accidentes”. Y la metáfora ferroviaria es eficaz, ya que un viaje a través de distintas estaciones sonoras es la mejor forma de definir a Mamboretá y sus ocho canciones.
El comienzo con “Portón de San Juan” pone las cosas en su lugar de entrada: una intro de dos minutos veinte con un bajo híper distorsionado, un teclado vintage psicodélico, voces fantasmales y una letra de poética melancólica dedicada a la rambla del sur uruguaya. Esa melancolía se repite aunque en forma de balada dark en “Frascos”, el segundo track envuelto en arpegios de guitarra mientras que en “Mikado” el espíritu stoner psicodélico volado vuelve a hacerse presente.
Desde una perspectiva distinta aparece “Tricky”, que con voz de Magdalena Sena se vuelve un conjuro lisérgico con bajos ultragraves y guiños al free jazz, quizá lo más jugado de un disco jugado. Las violas stoner desérticas vuelven en “Cafeinómana” cuya letra dispara: ”Ojos de cafeinómana a los tumbos con lo que deseas”, en algo que podría llegar a describirse como un estribillo. Luego llega un poco de respiro con “Marusi” y sus reflexiones lisérgicas sobre el encierro en tiempos del COVID, y la noventera “Historias de gin tonic”, que vienen a ser algo así como el costado más pop y “amable” (entre comillas gigantes) del disco.
Para el final, la banda se guarda un pequeño tesoro: la canción que titula al álbum, quizás la que más referencias a la rica tradición musical uruguaya deja entrever, con guiños a la psicodelia de un artista mítico como Eduardo Mateo y un sample de John Lennon. Una forma suave, nostálgica y psicodélica de cerrar un disco que vuela alto.
Montevideo, Lennon, el stoner desértico, el hard rock de los setentas, el indie rock de los noventas, el noise, la psicodelia… todos esos elementos y algunos más se combinan en el sonido de Trópico Duclos, dando forma a una música de una belleza caótica y múltiple como si se tratase de un gran y alucinante caleidoscopio sonoro.
Escuchá Mamboretá de Trópico Duclos en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal, Apple Music).