Fanáticos hay para todos los gustos: desde los que simplemente disfrutan de la música de un artista sea en su casa o en un show en vivo, hasta aquellos un poco más apasionados, que intentan por todos los medios tener algún tipo de contacto con sus ídolos. A esta última categoría pertenece Sharon Rennie, quien fue sentenciada por la corte de magistrados de Maidstone a 120 de prisión y dos años de suspensión por acosar al DJ John Digweed.
El medio Kent Online informó que la oriunda de Escocia le envió al músico una gran cantidad de emails entre junio y octubre, los cuales contenían tanto expresiones de admiración y cariño como manifestaciones agresivas y abusivas, y hasta algunos que contenían material sexual explícito. Digweed nunca contestó los mensajes, según dijo la corte. Además, Rennie también intentó obtener el número de teléfono del nacido al sureste de Londres llamando a su agente y haciéndose pasar por una vieja amiga.
Como si esto fuera poco, el pasado 30 de septiembre, durante el DJ set que Digweed estaba llevando a cabo junto a su colega Sasha en la última edición del The Social Festival, la mujer de 49 años corrió hacia su ídolo, a quien besó y le dijo “Es genial verte. ¿Vas a venir a casa conmigo?”, a lo que el músico le contestó “No, no iré. ¿Quién demonios sos?”, antes de que la fanática fuera expulsada por la seguridad del evento.
Tan solo tres días después de este hecho, Rennie se acercó a la casa de Digweed en la ciudad de Sevenoaks con la excusa de que tenían una entrevista programada. Un conocido del elegido DJ N°1 del mundo en 2001 le pidió a la admiradora que se retirara y llamó a la policía, lo cual obligó a la escocesa a abandonar el lugar.
Debido a este historial, la condenada también deberá pagar £100 en calidad de multa además de cumplir con una orden de restricción que le prohíbe ponerse en contacto con Digweed o su esposa y visitar Sevenoaks durante cinco años.
Tras el veredicto, Rennie dijo:
“No puedo dejar de insistir lo mucho que lo siento. Nunca, nunca me acercaré ni haré nada para causar ninguna molestia. Sólo quiero irme a casa”.