Este miércoles 23 de octubre se realizó el cuarto encuentro de Mi tesoro indie, el ciclo ideado y co-producido por Indie Hoy y Ciudad Cultural Konex que propone una conversación entre una personalidad del mundo de la música y un artista de otra disciplina, sobre los recuerdos que rodean a la cultura independiente. Con la moderación de Dani Umpi, las invitadas a participar fueron la música mexicana Julieta Venegas y la escritora argentina Mariana Enríquez.
Mariana soñaba ser crítica de rock
Mariana Enriquez quería ser periodista de rock, trabajó bastante en el rubro y no quería caer en la conformidad hasta poder cubrir en inglés un show de David Bowie. Las cosas cambiaron, pero no se alejaron demasiado, y se abocó a otro tipo de escritura que puede compartir desde arriba del escenario y no analizándola desde abajo. Sus textos llamaron la atención de varios músicos, como Mueran Humanos que la invitaron a abrir su último show en Buenos Aires. Por otra parte, Mariana confesó que ser fan de Nick Cave y que cuando terminó su última novela se fue de viaje a Europa para seguir la gira de Suede, su banda preferida. Dijo que esta pasión por la música es incapaz de sentirla por un escritor. Por su parte, Julieta Venegas soñaba con ser directora de orquesta, le gustaban los conservatorios y las partituras, hasta que un día la invitaron a tocar el teclado en la banda de un amigo y empezó a convertir todo lo aprendido de música clásica en canciones.
Julieta necesitaba un cambio de aire
Luego de terminar la gira de su último disco, Julieta decidió hacer un cambio de rumbo y tomarse su tiempo para disfrutar de otras cosas. Se mudó de país y ahora vive en Argentina mientras está en los preparativos del sucesor de Algo sucede (2015), su último disco. Las canciones que tiene pensadas publicar primero las estuvo tocando en sus shows y luego las irá a grabar, generando una sensación de estar viviendo las canciones para luego encerrarlas en un álbum. Tenía ganas de tocar y no tanto de grabar, hasta que un día, después de haber hecho un monólogo de teatro escrito por Santiago Loza, protagonizando La enamorada, despertaron esas ganas nuevamente y Julieta volvió a encender esa llama dentro de ella para regresar al estudio. Mariana terminó de escribir su última novela y con su magnitud, ya que es una novela larga e intensa, ahora el proceso es del escape de ese universo. Venía de escribir cuentos, una “biografía” de Silvina Ocampo, y otras crónicas extrañas como la de los cementerios. La escritora admitió quedar saturada después de estar imaginando tanto tiempo la misma gente y tomando decisiones sobre sus personajes, viviendo de ese universo y con ese lenguaje.
El arte es el encuentro con el otro
El proceso más engorroso para Mariana es el de edición. Ese momento en el que tiene que enfrentarse con la opinión de otro, enfrentarse con la relectura y con la corrección. Para esto tiene dos tipos de lectores, por una parte el lector ideal, que no existe físicamente pero está ahí presente de manera figurativa para que la escritora tenga una relación provocadora y desee confundirlo y que le pasen cosas. Y por otra, tiene un grupo selecto de personas que la leen antes de llegar a la editorial. La literatura para Mariana es un camino solitario y es otra cosa diferente al periodismo que es siempre con la gente, intentando entenderla y con la responsabilidad de que te van a leer. Muy por el contrario la literatura es irresponsable y sin jefes. Julieta también tiene la misma perspectiva de la soledad, jamás llegaría con algo sin trabajar al estudio, sino que se encarga de pensar cada detalle antes, desde los coros, el piano, la guitarra y eso hace que algunas canciones queden y otras se guarden. Cada demo nuevo lo escucha con un amigo que le encanta su música y cada vez que lo ve lagrimeando, asiente de felicidad.
Las influencias macabras de Mariana
Pensando en influencias la escritora recuerda que desde pequeña siempre sintió atracción por un tipo de sensibilidad oscura. Cuando piensa en una de sus lecturas favoritas de pequeña, La odisea, le agradaba mucho más la idea de Ulises atravesando el peligro del monstruo que imaginarse a Penélope esperando a su hombre. Su madre es médica y contó que siempre sintió algo morboso sobre esta profesión, por su relación con el cuerpo y la muerte. Encuentra una influencia de lo macabro, lo físico y lo asqueroso en aquellos momentos que su madre venía de la guardia y comentaba su día laboral. Con esto también se combina algo generacional de la infancia en dictadura su mirada de lo oscuro siempre tiene una pincelada política, ya que la sensación de miedo es algo completamente reconocible. El terror como la mejor forma de contar la realidad, porque algo que da miedo es algo que puede suceder. Julieta piensa en Gustavo Santaolalla como un guía en su trayectoria que la hizo ver más objetivamente y validar su obra. Ahora está trabajando también de letrista, viviendo un proceso diferente ya que le dan las melodías y puede pensar las distintas estructuras de las palabras con una perspectiva apartada. Empezó también a escribir en inglés y encuentra en este idioma una forma mucho más fácil de transmitir lo que siente.
Ídolas feministas
Cumbres borrascosas de Emily Brontë y Cementerio de animales de Stephen King fueron libros en donde Mariana quería vivir y también la hicieron querer escribir. De películas prefiere no hablar, pero recuerda que el punk fue muy importante en sus inicios, en especial la figura de Iggy Pop. Lo vio en el mítico show junto a Ramones y Die Toten Hosen en River. Julieta Venegas lee mucho a la poeta Mirta Rosenberg y en cuanto a lo musical recuerda que cuando escuchó a Charly García sintió una fascinación. Ella es pianista y no quería ser tan melódica, así que era difícil encontrar una referencia. Un día estaba en un bar y escuchó “Los dinosaurios”, enseguida se acercó a la barra y preguntó quién era. A Julieta también le encanta el cuento de la joven quemada en el subte de Mariana, dijo que aparte de lo que está narrando tiene una fuerte impronta feminista, algo que acontece del universo y literario y se vuelca en lo real. Para Mariana, Julieta es una escritora de clásicos como “Me voy”, y escribir un clásico es algo increíble. Recuerda que cuando escuchó el verso “Lo merezco pero no lo quiero/Por eso me voy” dijo “Esta mujer la tiene súper clara.” Esto también le pareció feminista.
El último encuentro de Mi tesoro indie será entre Julian Kartún y Tamara Tenenbaum, el miércoles 30 de octubre. Las entradas están agotadas.