La primera edición del festival Amanita ofreció la posibilidad de desconectarse de la rutina diaria, salir de la zona de confort y crear conexiones profundas. Pensado como un festival para abrir el corazón y despertar la conciencia, sus tres días de shows, talleres y clases utilizaron la música como un conector universal de sus diferentes disciplinas.
Cada uno de sus escenarios propuso un universo distinto, brindando a los asistentes una experiencia sonora, visual y transformadora.
Micelio, el corazón del festival
El principal escenario del festival, Micelio, fue el lugar en donde la música electrónica y los sonidos orgánicos se unieron para crear un viaje sensorial versátil.
El primer día, el DJ Kevin Di Serna presentó un formato inédito en su carrera, sumergiendo al público en un set de ambient y electronica downtempo acompañado de frecuencias Solfeggio, pensadas para promover el equilibrio y la sanación profunda. Más tarde, el DJ y productor francés Yokoo ofreció un set de deep house con grooves hipnóticos que conectaron al público con la naturaleza del lugar. Según Yokoo, sus sets están influenciados por sus prácticas de yoga y su compromiso con los Yamas, los principios éticos de esta disciplina.
El segundo día, el escenario fue tomado por El Choque Urbano, una propuesta de improvisación musical que combinó percusión en vivo con música electrónica, sorprendiendo con su capacidad para crear una atmósfera dinámica y festiva. Por su parte, el DJ argentino Cyma, referente de la música electrónica orgánica, llevó a los presentes a un viaje sonoro por distintas culturas y etnias de raíz latinoamericana, evocando diversas emociones a través de sus sets.
Llegando al final del festival, el gurú DJ Lee Burridge, conocido por su sello discográfico All Day I Dream, cerró este escenario con una experiencia inmersiva de deep house y house melódico, invitando a dejarse llevar por ritmos celestiales que cautivaron a todos los presentes. Durante su set, la lluvia, que había creado una atmósfera de ensueño, se intensificó y no permitió que Burridge termine su set de 3 horas, dando fin al festival de manera inesperada, como un sueño del que no queríamos despertar.
Alquimia y Espora: Bandas en vivo y ritmos que no paran
El escenario Alquimia fue otro de los puntos fuertes del festival, diseñado para sumergir a los presentes en una atmósfera de música continua e intensa. Fue allí donde se presentó el DJ Yemanjo, alias del productor, DJ y multiinstrumentista Ben Harris, y su fusión de house orgánico, downtempo y folkotrónica, combinando influencias de América Latina y África para crear una experiencia sonora profunda.
La DJ y productora francesa Deer Jade ofreció un set místico y vibrante, con música melódica y groovy que funcionó como un portal hacia las profundidades del alma, invitando a bailar al ritmo de la euforia y el amor. Las DJs Obsidiana, por su parte, propusieron un ritual de celebración, mezclando indie dance, melodic techno y afro house con toques de tango, iluminando las sombras y despertando la luz interior de los presentes.
Del otro lado del predio, el escenario Espora ofreció una vibrante mezcla de bandas y solistas en vivo con una temática western. Entre las propuestas se destacaron Lopsis y Daltonica, además del pianista Hernán Jacinto y la cantautora Loli Cósmica. Loli, con sus cantos propios, mantras y rezos de distintas culturas, invitó a los presentes a bailar, cantar y participar en círculos de nutrición, buscando equilibrar y sanar los cuerpos para elevar la vibración colectiva.
Durante el tercer día, Los Tabaleros ofrecieron una experimentación sonora única que fusionó folklore con géneros diversos, creando un ambiente festivo que invitó a las personas a reunirse, bailar y compartir un momento.
Movimiento, energía y experimentación
En el espacio Prana, la música y el movimiento se unieron para crear una experiencia de equilibrio. Este escenario ofreció distintas clases, como deep house yoga, ecstatic dance, baños sonoros ancestrales, danzas y cantos armónicos, que permitieron a los participantes conectarse con su cuerpo y su energía de manera profunda. La sesión de ecstatic dance más destacada fue la de Mushina, quien ofreció una experiencia vibrante llena de liberación.
Dreamland, en cambio, fue el escenario experimental del festival, un lugar dedicado a la exploración artística y la creatividad. Aquí, se realizaron performances de teatro experimental a cargo de Angie y Juli, y de magia, invitando al público a jugar y sumergirse en experiencias multisensoriales que desafiaron los límites de la percepción.
El teatro invitó a los asistentes a conectar con su parte lúdica, a divertirse y expresarse de manera totalmente libre, sin vergüenza, explorando nuevas formas de expresión. Además, Dreamland ofreció clases de twerk, permitiendo a los participantes mover la zona baja del cuerpo al ritmo de la música, liberando energía a través del movimiento y la danza.
Charlas y talleres para expandir la conciencia
En el escenario Khali, los presentes pudieron participar de charlas y talleres destinados a expandir la mente y el corazón. Se abordaron temas como la sexualidad tántrica, el arte del burlesque, moontribe gathering y respiración DMT, entre otros, proporcionando espacios para la reflexión y el crecimiento personal.
Por otro lado, Amatista ofreció un espacio más íntimo, dedicado a actividades que buscaban la transformación personal. El tango, por ejemplo, fue utilizado como herramienta transformadora, aprendiendo sobre sus dos roles, emisora y receptora, dando y recibiendo energía.
Este espacio íntimo ofreció un ambiente ideal para quienes buscaban una experiencia profunda y sanadora, donde la emoción de cada movimiento y el ritmo del tango guiaron a los presentes a un estado de mayor conciencia y transformación personal. Los baños sonoros y la percusión corporal fueron otros de los elementos que permitieron a los presentes conectarse con su ser interior en un entorno más tranquilo y profundo.
Por último, Raíz fue un espacio al aire libre donde se realizaron actividades como acro yoga y respiración consciente. Este escenario invitó a los presentes a reconectar con la naturaleza mientras participaban de actividades que favorecían el equilibrio y la relajación.