Mucho se ha hablado este año del manso indie y la oleada de música mendocina que ha conquistado el país y se ha vuelvo el fenómeno seguido más de cerca por el periodismo especializado de la Capital. Con mucho criterio, claro: hace poco Usted Señálemelo dio el mejor show nacional del año, Perras On The Beach se presentará a las diez de la noche —justo antes que Gorillaz— en el Festival BUE y Ahora de Luca Bocci integra el top 10 de mejores discos del año según Indie Hoy. Sin embargo, en medio de todo este éxito adolescente, es menester recordar la primera banda que recalcó la importancia del federalismo en la música indie de los últimos años, y esa banda es Mi Amigo Invencible.
El cantor les confesó
Luego de ceder un buen rato de escenario a los dos conjuntos soporte, López y Shona, faltando veinte para las once, los Invencibles salieron a tocar con todas las ganas. Mucha manija habían dado con la fecha cierre de año, sorteando entradas, remeras y pósters, así como participando activamente con mensajes desde sus redes; era un toque especial para todas las amigas y los amigos que los siguen hace rato (el setlist impreso por el grupo se titulaba “Mi Amigo Invencible Niceto 12/12 ATR”).
Hablemos sin tapujos… el lugar distaba de estar colmado, pero quienes allí se encontraban anhelaban compartir un momento mágico con la banda de sus amores. Para ellxs poco importaba la hora, que fuera día de semana o que afuera llovieran gatos o sudaran perros. Cerca de la valla, al mejor estilo festivalero, un fan sostenía un cartel con la leyenda “TEMAZO”. Minutos más tarde, Mariano di Cesare (voz, guitarra e imagen principal del conjunto) lo tomaba y se lo estrellaba alrededor de la cara: todo muy normal.
“Compramos un whisky que re pega” bromean (¿o no?) los dos cantantes (Mariano Castro es el otro). Más tarde protagonizaban la siguiente secuencia: “¿hoy es martes o viernes?”; “¿martes o sábado?”; “el martes me chupa la pija”; “eh dale lugar a la concha”; “¡el martes me chupa la concha!”. Estaba bueno el whisky al final.
Se prepara para entrar
Quizás el lugar no estuviera del todo lleno, pero entre el público había unos cuantos músicos de la escena, señal indudable de la calidad de los mendocinos y el respeto que se les merece. Un poco atrás estaba Luca Bocci, que al primer tema movido se copaba y se iba a hacer pogo al frente (sobre el final del show terminaría subiendo al escenario, en una actuación que no podemos garantizar que fuera planeada). También daban vueltas por la pista Black Claire, flamante voz de Socialista Villa Club, y Santiago Adano de Julio y Agosto.
“Mansa Curda”, “La Danza de los Principiantes” (que da título y subtítulos a esta crónica) y “Noches de Ciencia Ficción” (donde se quedaba Castro cantando solo, con ínfimos teclados de fondo) promediaban el setlist que tuvo prácticamente todos los infaltables. “El Lollapalooza no nos deja tocar hasta marzo, así que si van a agitar, es ahora” se pronunciaba una vez más el líder del conjunto, en lo que como pueden ver fue una noche de diálogo constante con el público. Después se sacaba una media sucia y, por pedido de algunas manos, la arrojaba a los de abajo: todo cada vez más normal.
Encendió algo para no apagarlo más
La velada llegaba a su fin, luego de que Mariano di Cesare surfeara sobre la gente en el gran hitazo “Máquina del Tiempo”. Como en un partido liquidado, algunos presentes se iban retirando (habían pasado las doce de la noche, eran muchas las preguntas en el evento acerca de los horarios, que nunca fueron develados). Sin embargo, los músicos decían “se acabó la lista… pero queremos seguir tocando” y daban paso a un set de bises algo improvisados (momento en el cual subía Bocci) donde entremezclaban temas propios con estrofas de clásicos argentinos. Sumo era homenajeado (como parece ocurrir en cada cobertura que realiza este cronista) con “Los Viejos Vinagres”, Todos Tus Muertos (primera banda de Fidel Nadal) aparecía de la mano de “Gente que no” (tema que recientemente fue reversionado con el propio Fidel junto a Pablo Lescano) y hasta hubo tiempo de cantar el verso característico de “La Pollera Amarilla” de la bomba tucumana Gladys.
Invencibles, nuestros amigos mendocinos se despiden de los escenarios hasta su próxima presentación en el Lollapalooza, tiempo que usarán, además de para descansar, para avanzar en la grabación de su próximo disco.
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Foto principal: Natalia Vidal.