“Un mundo sin padres, ¿qué podría salir mal?” Escrita en un auto sobre el escenario, la frase podía ser incluso irónica. El trap es el más joven de los géneros urbanos, pero era impactante ver tantos menores acompañados de sus padres en un festival, territorio cada vez más común de jóvenes por encima de los 20. El line up del Buenos Aires Trap fue la delicia de la mayoría del público por debajo de los 12 años que bailó sin parar las canciones sobre sexo, amor y problemas adultos, el pasado sábado 30 de noviembre en el Hipódromo de Palermo.
Tan solo entrar al recinto, uno se cruzaba con niños a partir de los 8 años mezclados con público de más de 25 años de todos los estilos. El trap agrupa persona de gustos e intereses muy distintos, un fenómeno que comparte una vía de comunicación: las redes sociales, el medio por el cual muchos de los artistas participantes del festival se han hecho famosos. Encabezado por Duki, el cartel añadía una dosis más elevada de mujeres respecto el año pasado, como las presentaciones de Dakillah, Sara Hebe y Nicki Nicole. Una asistencia de 25.000 personas que dejó claro que el trap argentino ya explotó y continuará en alza.
Con mayoría de representación argentina, el cartel también estaba conformado por artistas españoles –C. Tangana y Delaossa-, uruguayos –Zanto y Pekeño77-, chilenos –Polimá Westcoast y Young Cister– y el mexicano Alemán. Si bien al mediodía se abrieron las puertas para empezar con DJ Aleja Mami, el recinto se empezó a llenar un poco más tarde, cuando Muerejoven y Dillom, surgido de las entrañas de un estudio de rap en la Villa 31, hicieron de las suyas y sumaron su música influenciada en la ola trapera estadounidense con letras sobre la vida difícil en la calle. Le siguieron Zanto y Seven Kayne, que con tan solo 19 años ya ha conquistado otros escenarios como el Lollapalooza este último año.
Después de Polimá Westcoast y Young Cister, el turno era de la segunda mujer en escena de la jornada: Dakillah, una de las revelaciones del trap bonaerense de los últimos años. La artista de 19 años tuvo sus comienzos en las Batallas de Gallos de Villa Devoto, y el éxito le llegó sin tan solo tener un disco publicado. Aprovechó su tiempo en el festival para repasar sus principales hits, pura dinamita para un público joven que cantaba sus letras casi sin fallar. Le siguió el uruguayo Pekeño 77 y, tras él, fue el turno de Sara Hebe, artista más adentrada en el rap que en el trap. Alemán fue el siguiente trapero que incendió el escenario: vestido de rojo, lo suyo fueron 25 minutos de show con absolutos hits sin dejar de bailar ni saltar encima del escenario, lo que provocó un enloquecimiento del público que no pararía hasta la medianoche.
La cultura pop de los 2000s es la base del trap argentino, y a lo largo del festival aparecieron elementos míticos de esas épocas como el sonido del Windows XP al apagarse en el show de Bizarrap, uno de los productores más populares del género en el país. Entre sus invitados, el que causó más furor fue Toto Ferro que, con sombrero de safari como atuendo, no paró de saltar por todo el escenario cantando su sesión número 11. También salieron como invitados Frijo, John C y Dillom, que interpretó su sesión número 9 con su célebre “Hijo de puta, ¿mataron a Kenny?” Y tampoco podía faltar la canción que lo lanzó al éxito: la sesión número 13 con Nicki Nicole, conocida por los fans como “Cuando te veo”.
“¿Si yo digo SS ustedes dicen J?” preguntaba un entusiasmado Lucho SSJ al público, resaltando la importancia de la crew Súper Sangre Joven en su corta pero prometedora carrera musical. Esa camada trapera liderada por Duki fue la que le dio alas a Lucho, y el joven rapero intenta remarcarlo en cada oportunidad que tiene. Con tan solo 17 años ya conquistó el Hipódromo, que cantaba sus canciones al unísono. Le siguió el malagueño Delaossa, que se presentaba como el “De Niro español.” Las actuaciones, que iban con un retraso de más de una hora según los horarios publicados en el line up, se quedaban bastante cortas: algunos de los artistas apenas tenían tiempo de tocar cinco canciones en el tiempo establecido por cada actuación.
Hacia las ocho de la tarde salía Bhavi para saltar durante media hora y presentar sus hits como “Dame más”. Con el público ya encendido, luego llegaron los rockeros del trap. Ca7riel y Paco Amoroso son un dúo extraño dentro del género urbano, pero con una presentación llamativa. Su banda los acompañó durante su show en el que “Jala Jala” y “Ola mina xd” fueron sus himnos, así como “Ouke” o “Mi sombra”, y se pudo ver la excelente compenetración artística entre ambos. Su música, con trazas de muchos otros géneros como el dubstep o el rock, se mezclaba con una puesta en escena increíble, y los posicionó como una de las mejores actuaciones del festival.
Y salió el 10. Vestido con la camiseta de Messi, Neo Pistéa empezó fuerte su actuación con la canción dedicada al futbolista del Barça. Con un preludio instrumental y agregando diferentes voces, hizo retumbar a todo el Hipódromo seguidamente con “Tumbando el club”, el himno del trap argentino, no sin antes insertar parte del himno nacional del país. Ya tarde, entre su concierto y el de Nicki Nicole, muchos de los asistentes aprovecharon para ir a cenar a los puestos de comida que ofrecía el festival. Para sorpresa de todos, no quedaba comida en ninguno, solo papas fritas y alfajores, otro fallo de la organización que molestó bastante a buena parte de los asistentes.
Parece que hayan pasado prácticamente 7 lunas desde que Nicki Nicole irrumpiera en la escena trapera. Y, sin embargo, tras seis meses de su llegada a la música, ya mueve masas. Era una de las actuaciones más esperadas, y no solo cumplió expectativas, sino que las superó. La voz de la rosarina es uno de los aspectos a destacar en la escena trapera argentina, con una sensibilidad extraordinaria del canto. Lo demostró en el escenario con las canciones de su nuevo y primer disco, Recuerdos, como “7 lunas”, “Cómo dímelo” o “Diva”, e hizo las delicias de los fans cuando invitó a Bizarrap al escenario para su Music Session. Cerró su show con “Wapo Traketero”, la canción que la vio nacer, acompañada de dos guitarras, que aportaban más solemnidad al momento. El nacimiento de una estrella ya entrada la noche.
“El madrileño hijo puta,” como él mismo se presenta, llegó al escenario. C. Tangana, la estrella del trap español, era también uno de los platos fuertes del festival. Con camisa abierta, remera sin mangas y cadena de oro como uniforme, el madrileño recorrió de punta a punta el escenario con sus hits, empezando con “Caballo ganador” y siguiendo con “Ontas”. Pese al fantástico show que iba ofreciendo, el público no le seguía al mismo ritmo y apenas se sabía las canciones. “Bien duro”, una de sus canciones más conocidas, fue la que más triunfó durante el recital, y terminó con su himno “Llorando en la limo”, mientras agradecía a su productor de cabecera Alizzz.
Llegaba la recta final del festival con las tres últimas actuaciones. C.R.O., con camiseta de Jimi Hendrix, se impuso entre los participantes del festival con solo 40 minutos de show. La rompió con su canción “Move”, en la que el trapero lanzó pelotas inflables al público. Además de tener a Neo Pistéa como invitado, el trapero dejó de usar el auto-tune, básico en las actuaciones de casi todos los otros artistas del festival, para adentrarse en el hip-hop con la asistencia de Homer el Mero Mero. Le siguió Khea, que empezó con “Tengo 30”, el temazo que compartió con Duki, Cazzu, Neo Pistéa y Tali Goya. Durante todo el festival, los artistas apelaban a la buena onda entre el público y a la amistad en el trap: la hermandad. Pero eso invitaron a tantos artistas entre sus conciertos, como lo hizo Khea con Lucho SSJ y C. Tangana, con quien cantó “It’s a Vibe”. El porteño siguió con “S.A.D”, “Vete” y “B.U.H.O.”, pero la que más triunfó fue el cierre con “Loca”.
Bate de beisbol en mano, Duki rompió el auto del escenario y superó así todas las expectativas del show más esperado de todo el festival. Duki tenía rienda suelta para presentar tantos temas como quisiera y no solo treinta minutos como sus compañeros, así que aprovechó para encender mechas con un montón de sus temas, como “Me gusta lo simple” y “Te traje flores”. C. Tangana, Khea y Polimá Westcoast se subieron para interpretar “5 Stars”, el tema que el madrileño ha publicado recientemente junto con ellos. Como rey actual del trap argentino, Duki instó a su público a cuidarse entre ellos. Atrás queda lo de relacionar el trap con la violencia: el mensaje es de familia. El trapero de la Paternal introdujo también los temas que más éxito le han hecho alcanzar, como “She Don’t Give a FO” y “Goteo”, y cerró el show con “Tumbando el club”, con la mayoría de los participantes de la canción arriba del escenario. Entre temas, Duki sentenciaba que Buenos Aires era “la capital de trap,” y así es: la estela creciente del género urbano en Argentina es imparable. La segunda edición del Buenos Aires Trap así lo demuestra.
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Foto principal: Mica Garate.