Después de agotar su fecha del viernes en Niceto, Ca7riel y Paco Amoroso se vieron en la necesidad de agregar un show el jueves anterior, que también se terminó agotando. Esto fue una demostración del gran momento que el dúo de hip hop está pasando actualmente, y del público que ganaron con trabajo, dedicación y una fusión de estilos que van desde el trap hasta el pop y el r&B. En la noche del jueves, Ca7riel y Paco llevaron todo eso al escenario de Niceto Club.
La espera se hizo larga y, ante un público impaciente, Ca7riel apareció en escena con la energía que lo caracteriza, listo para largar una catarata de hits. El show comenzó con canciones de su primer EP Povre: “Terrible Kiko” y “Vibra baja” fueron algunas de las más celebradas por el público. Con un poco de humor y otro poco de seriedad, el joven dedicó una de las canciones para “todos los que comen arroz y compran el queso rallado en Día a 30 pesos”, ante las risas de los presentes. Ca7riel se movía por el escenario sin dejar ningún detalle al azar y acompañado de una banda de dos bateristas que le dio al espectáculo la explosión que necesitaba.
Canciones de su segundo EP Livre como “No aterrizo” y “Gatxs” también sonaron, muestras de la evolución entre su material más antiguo y el presente. Fue en esos momentos en donde Ca7riel demostró tener la seguridad de un artista que se presenta en vivo hace años, como cuando agarró su guitarra y dejó a todo Niceto mudo.
Pero los mejores momentos de la noche aparecieron cuando Ca7riel se unió a Paco Amoroso para hacer juntos “Jala Jala”, su mayor éxito hasta el momento, y “Ouke”, con su estribillo “Ouke, fumando flores con Lamothe” en referencia al actor argentino. Tanto en el estudio como en el vivo se ve la buena química entre los dos para hacer música.
La presentación de Ca7riel y Paco Amoroso tuvo de todo: invitados, canciones inéditas, baladas pop y raps oscuros. Así logran posicionarse como una de las duplas más prometedoras del trap actual, gracias a que no tienen reglas y se dejan llevar por el sentimiento. En una escena abarrotada por la mediocridad y la música genérica, los dos jóvenes no se dejan encasillar en un solo estilo y regalaron un show que nunca dejó de lado lo artístico.
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Foto principal: Kevin Luries.