¿Por qué nos esforzamos? ¿Qué nos motiva a levantarnos cada día para continuar realizando eso que nos hace sentir bien, a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestra sociedad? Quizás la pregunta sería ¿Por quién? Y hay una sola respuesta: Seguimos esforzándonos por quienes sienten lo mismo que nosotros por aquellas cosas que consideramos importantes. Muy en el fondo no queremos admitir que eso que sentimos puede llegar a estar mal o no ser tan útil. Somos un poco egoístas. Sin embargo, nos esforzamos para mantener viva la unión que nace de la emoción.
Núñez se llenaba de remeras negras, botellas de cerveza y de una integración generacional sorprendente. En las calles podías ver pequeños grupos de personas tomando bebidas, comiendo o fumando antes de entrar al Estadio Obras. Se dispersaban por la avenida y aledaños, en especial donde hubiera mercados que vendiesen alcohol. Grupos de amigos, padres con sus hijos compartiendo los mismos rituales. Esto parece ser común también entre otras tribus musicales. Cómo olvidar ver a padre e hijos ver a Roger Waters en Estadio River hace uños años. Los artistas que trascienden a su propia generación y logran permanecer en la escena década tras década, logran ese efecto particular. Los Die Toten Hosen están en medio de la gira de presentación del nuevo disco Laure der Natur. La gira se llama “Zurueck auf dem bolzplatz” (“De vuelta a las canchas”) e incluye muchos países alrededor del globo. La música traspasa fronteras.
El punk fue separación y lucha por mantenerse no integrado. Muy bien sabemos que acomodar el caos ha sido una tarea contracultural, laboriosa y de finales amargos. La libertad siempre va a doler.
El veneno siempre iba a ser veneno. Ahora tenemos a los Die Toten Hosen, llenando todo lo que tocan en Argentina y claramente también a lo largo del mundo. Los Hosen, como nos gusta decirles, estuvieron en esa misma misión. Sin embargo, ahora saben que a medida que pasa el tiempo aquella primera visión colérica ha cambiado un poco el enfoque y que ahora el motivo de los Hosen como banda es la unión. Ellos unen a la escena actual y mantienen esa pasión intacta.
Es un sábado tranquilo de energías calmadas, pero que no dejan de ser calamitosas. En estos primeros días de octubre el clima fue inentendible. Hay un leve viento que huele a lluvia venidera. No hacía mucho frío y podríamos decir que era una linda noche. El mes anterior había tocado Massacre en ese mismo estadio. Según fuentes, la capacidad no fue colmada y el sonido no convenció mucho. ¿Será que la noche de los oriundos de Düsseldorf será así? Hacer un Obras es una empresa que ya no muchos pueden permitirse. Si lo hacés es por el recuerdo de haber tocado allí en los ’90 o a comienzos del nuevo siglo. ¿Dónde quedó eso de “Si llenás un Obras ya la pegaste”? El 7 de octubre de 1994 los Hosen tuvieron su primer Obras Sanitarias. Hoy, 23 años después, un público extasiado esperaba ser parte del festejo del cierre de gira de la mejor manera posible.
En agosto, antes de venirse para estos lares, estuvieron tocando por Suiza, Austria y bastantes lugares en Alemania. A fines de septiembre tuvieron su primer show en Argentina. El 30 de septiembre tocaron en Museum, por San Telmo. En esa ocasión telonearon Los Peyotes. Luego el 4 de octubre tocaron en La Plata, en El Teatro. Por esa fecha también tocaron en la casa de un fan por Vicente Lopez. Muchísimos recordarán cuando tocaron en el 2015 en una calle de San Telmo. Ese espíritu callejero que tanto ellos agitan se acrecentó como una erupción esa tarde. Los Hosen hicieron historia tocando catorce canciones frente a un público anonadado por el espectáculo dado allí en Balcarce y México.
¿Desde cuándo podemos asociar a la escena punk con la unión? ¿No es que el punk buscó diferenciarse de lo establecido buscando no ser parte de ningún sonido en particular? Aún recuerdo a nuestro querido Alfredo Rosso enseñándonos en Much Music con su programa sobre épocas de la música contemporánea.
Las bandas punks desde sus orígenes han hablado de diversos temas, pero la vinculación a la calle es las más explotada y reivindicada. ¿Estaremos preparados para vivir nuestra vida tan rodeada de otros individuos? ¿Seremos tan sociables realmente? Sid Vicious dio una entrevista en el Hyde Park a mediados del setenta con una musculosa roja con una gran esvástica en el frente. Johnny Rotten escribía en “Bodies” cómo una chica de Birmingham había abortado y lo mal que se sentía al respecto. “Ella no quería un bebé que luciese así / Yo no quería un bebé que luciese así”, gritaba Rotten mientras describía grotescamente la situación: “En un paquete en el toilette / muere el pequeño bebé gritando”. ¿A quién le importaba la exageración? El punk siempre fue contestatario y el enemigo eran todos.
The Clash guió la energía hacía fines mejor enfocados. El pueblo tiene que tener su propia voz. Muchas miserias que le pasan son provocadas por quienes se enriquecen a costa y a ignorancia del otro. Tomemos nuestra agresividad y tornémosla una respuesta social. “Londres llamando, ahora no nos mires a nosotros / la falsa Beatlemanía ha mordido el polvo” nos dice Joe Strummer. Pocas bandas como The Clash han podido captar las problemáticas actuales y hacerlas canción de formas increíbles y únicas. M.I.A es otra activista musical, y una de las buenas, pero no tiene ese oído y esa fascinación melómana que Strummer tenía. No olvidemos a Joe Strummer and the Mescaleros. Ese hombre es un prodigio.
Un amigo dueño de un boliche por el Centro, que también tiene una banda hardcore punk, me dijo una vez que el que escucha punk de chico, toda su vida va a escuchar punk. El punk no es una música de moda o de ligue. Es el punk que va hacía vos y se queda dentro tuyo. Le impregna a tu caos mental un sonido que resultará característico en muchos momentos importantes de tu vida. Es el mismo germen que estaba en las letras de los Sex Pistols al referirse a la juventud de ese entonces como flores en un tacho de basura. Es el mismo germen que estaba en la decisión de los New York Dolls a la hora de pensar en tocar travestidos.
La música volvió a la gente con el punk. Y esa gente siempre tiene algo que decir. No podés pararte arriba de un escenario a no decir nada. Bah, poder se puede, pero si querés ser recordado, tenés que tener un mensaje y una visión. Todo debe resignificarse sin perder aquella esencia que fue parte de la respuesta que nos cautivó en su momento. Volvió a la gente luego de pensarse de maneras tan abstractas que solo teniendo un conocimiento de conservatorio podrías disfrutar de aquellas obras. La inmediatez resurgió.
Alguien debía reflejar el sonido de lo que es transitar las calles citadinas. Alguien debía reflejar los grises pensamientos de aquellos que aquellos descontentos de ver los sueños rotos de sus padres. Entre tanta moralina publicitaria, entre tantas maravillas desperdiciadas tras no reflejarse signos de futuros mercados. El sucio despilfarro frente a los olvidados durmientes con demasiadas muertes como para realmente desaparecer por su peso. El smog, el ruido, los graffitis, doce cuotas sin interés, el sonido de alarmas, el olor a jazmín de las florerías. Por eso Campino, la voz de la banda, fue la voz de su generación y la guía de las siguientes. Sabe ser cínico o hablar del corazón dependiendo de la ocasión.
Te separabas de eso malo citadino y eras libre de lo que te oprimía. Nuevas sensaciones comenzaron a vincularse con sonidos y las crisis políticas acentuaron el pensamiento del “No future”, si nos centramos en Reino Unido. Dicho lugar fue el pionero en cuanto a lo que luego se denominó punk. Die Toten Hosen es una de las pocas bandas del género que siguen haciendo escuela desde su nacimiento en 1982. Sus canciones transmiten ideales de camaradería, de no dar pie al racismo, hablan tanto de fútbol como criticar a la religión o a las políticas de estado. Quizás el futuro prometedor no iba a llegar jamás, pero por lo menos podíamos divertirnos y mientras haya bares y amigos, todo va a estar más o menos bien.
En cuanto a la comunidad punk, es unida a su modo. No necesitan de grandes demostraciones o de exuberancias a la hora de mostrarse. Las calles de Núñez se vieron pobladas por estos diferentes grupos. Uno pudo ver casos de autogestión: entre ellos se van comprando comidas, bebidas y memorabilias del show. De esta manera se mantiene viva la movida contracultural. Uno de los pilares centrales del modus operandi de la escena punk es el Hazlo tu mismo (Do It Yourself). Si querés que las cosas pasen tenés que hacerlas vos pasar. No dejes para mañana lo que podés hacer hoy. Nada ni nadie te pueden detener.
La gente fue entrando. La puerta se abrió a las seis de la tarde y estaba previsto que Mala Suerte toque tipo siete pasadas y el show principal sea a eso de las nueve. Mala suerte teloneó de lo más bien. Con un interés mayor en mostrar un lado más folk, fueron bien recibidos por el público que había llegado temprano. Las plateas estaban casi completas y el campo por la mitad. Ya se sentía la emoción de una buena noche.
Los Die Toten Hosen comenzaron nueve pasadas, pero apenitas. Hete aquí la eficacia alemana. El escenario tenía una pantalla gigante con una visual colorida y de muy poco movimiento. Es muy típico de las viejas escuelas del punk de no pensar en las visuales. Es casi una característica identificatoria. De los costados caen unas banderas con el logo de la banda, su nombre y la frase “Hasta el amargo final”.
Arrancaron con una intro seguida de “Urknall”, primer tema del disco nuevo. Su evolución compositiva es muy clara. Luego Campino habló en su alemán mezclado con inglés y algo mínimo de español. Breiti, guitarrista de la banda, es quien oficiaría de traductor a lo largo de la noche. Él traduciría lo que Campino o la banda tienen que decir en un español muy entendible. En ese momento, habló del respeto que nos tienen y lo mucho que les gusta venir. Por eso siguen con “Uno, dos, ultraviolento”, cover de Los Violadores. Fue una agradable sorpresa arrancan así. Siguieron con “Auswärtsspiel” del 2002 para luego ir a “Laune der Natur” y terminarla bien arriba con “Schön sein”, uno de sus clásicos más conocidos.
Uno de los puntos más sobresalientes de la noche fue cuando tocaron “Bonnie & Clyde”. Campino abría latas de cerveza para tomar un trago y entregárselas a la multitud. Van pasando así “Altes Fieber”, “1000 gute Gründe”, “Wie viele Jahre” y “Liebeslied”. Los Hosen se veían eternos, como si pudiesen transmitir esa misma energía por siempre. Siguieron con dos covers: Uno de ellos fue “Teenage Kicks” de The Undertones y “Halbstark” de The Yankees. Este último tema fue reversionado por ellos llevándolo a un sonido punkrocker ya que la misma viene del sonido beat del sesenta. Kuddel, el otro guitarrista y Andi, bajista, se encargaban de hacer los coros.
Antes del primer descanso que tuvieron, luego de veinte temas, hicieron un recorrido por lo más interesante de su discografía. No faltaron “Alles was war”, “Reisefieber”, la poderosa “Hier Kommt Alex” y “Schönen Gruß, auf Wiederseh’n” del álbum de mediados de los noventas Auf dem Kreuzzug ins Glück del sello Totenkopf. Al volver hicieron “Energie” del nuevo disco. Campino advirtió que será una noche larga y así fue. Fueron manteniendo la vitalidad pasando por “Willkommen in Deutschland” de 1993 y hasta haciendo un cover de Robert Burns, “Auld Lang Syne”, nuevamente reversionada estruendosamente por los Hosen. Cierran con “Bis zum bitteren Ende” y vuelven a desaparecer hacia el camerino.
En su nueva vuelta invitaron a Mariano Martínez de Attaque 77 para tocar “Donde las águilas se atreven”. La unión entre dichos músicos es tal que parecen haberse conocido desde siempre. Mariano tenía puesta una remera que tenía inscripto “¿Dónde está Santiago Maldonado?”. En la parte del solo, Mariano se acercó lo más que pudo al público para que pudiese verse bien la inscripción. Como era de esperarse, Campino se tiró al público desde uno de los costados de Obras y canciones como “Paradies”, “Opel-Gang” y “Eisgekühlter Bommerlunder”, entre un par más coronaron la noche. Luego se supo que estuvieron en The Roxy tocando post-show.
¿Qué nos queda luego de tanto esfuerzo? ¿Qué los motiva a los Hosen a usar su tiempo de vida en venir a esta región y darnos todo lo que tienen? ¿Qué banda se preocupa tanto para tocar para todos sin importar lugar o arreglo? No lo sé, quizás en el fondo siempre fuimos guiados por la emoción de sentirnos correctos en un lugar determinado. Somos lo que creamos porque sentimos que estamos en lo cierto. Dicha certeza mantiene con vida la llama de la pasión y quizás eso es lo que queda: Una buena experiencia compartida que te sacará sonrisas cada vez que la recuerdes.
Foto principal: Lara Violeta Bovisio Ejarque