Comentaba Chuky Gorria, uno de los productores: “qué lindo lugar”. Y no podía estar más acertado: muy lindo lugar, cómodo; el anfiteatro permitió una muy buena ubicación para una suerte de living con barra, foodtrucks, a unos metros del escenario.
Después de Perras On The Beach, Las Luces Primeras subieron al escenario y recrearon Sensualista con un show corto pero potente, dejando una muy buena impresión.
El mató a un policía motorizado dio inicio al caer la tarde con “Nuevos discos“. Música, solo música, una canción atrás de la otra, Santiago no es muy afecto a las palabras, habló poco y tocaron mucho. “Violencia” recién apareció como tercera canción de una lista muy bien repartida, equilibrada, en la que repasaron toda su discografía, con dos puntos altos: las más celebradas y cantadas fueron “Chica rutera” (desde Un millón de euros) y “Más o menos bien” (desde La Dinastía Scorpio). Dos horas aproximadamente que fueron un gran disfrute con esta banda que año tras año va demostrando crecimiento musical constante y afirmándose cada día mas en el buen camino de la independencia.
Unos minutos pasados las 22:30, Juana Molina subió al escenario y puso a todo el anfiteatro a bailar, con “Wed 21” seguido de “Eras“. Una hora y media de excelencia musical y muy buen humor, no paró un segundo de interactuar con el público, con comentarios desde que no cree en Papa Noel hasta confesar que hizo una promesa para que no llueva en la noche, que estaba nublada y amenazante. Junto a Odín Schwartz y Diego López, sus laderos musicales, repasaron gran parte de la discografía: “Un día” ya a esta altura es todo un clásico infaltable en los conciertos, “El Fantasma“, “Tres cosas“, “Ferocísimo“, entre muchas de una lista larga y generosa.
El cierre de la noche estuvo a cargo de los Dj Alejandro Paz y Ale Castro, comenzando el chileno con una muy buena versión de “Yo no quiero volverme tan loco” de Charly García.
A modo de conclusión, todos la pasamos muy bien en el Festival de la Montaña de este sábado 19 de noviembre y esperamos que el año que viene se repita. El lugar tuvo su primera prueba como anfitriona de eventos independientes y la superó con creces.