Dos segundos de oscuridad y el disparo de un tempo de 8-bits nos adentra en el magnético “Wed 21”, que se sincroniza con el juego de luces tenues en un ejercicio mecánico para los sentidos. Es el inicio del show de Juana Molina en el Teatro Vorterix, que continúa con “Eras”, el primer corte de promoción de su más reciente trabajo, y quizás una de las píldoras más fáciles de digerir en esta calurosa noche de jueves.
Las dos primeras canciones que la artista argentina ofrece ante un teatro desbordado hacen hincapié en la redefinición de su sonido, que además servirán para señalizar el camino de un show en el cual predominaron los sonidos de su último album. La Señora Molina subió al escenario y atacó la enteridad de las canciones de Wed 21, que se fueron interpolando hasta monopolizar un show apacible, pero no por eso menos emocionante.
El pelo castaño ondulado, un vestido negro que no le llegaba a las rodillas, y una SG Classic en mano completaban el look. Acompañada de su banda de dos piezas, tocó además muchos de sus clásicos en versiones fieles y bien afiladas, en un escenario que, según una acérrima seguidora y diseñadora gráfica presente en el público, careció de la tridimensionalidad necesaria para gozar de tales renderizaciones psicodélicas.
Bajo el amparo del ambient, el folk electrónico y el pop experimental, la porteña logró materializar en el Teatro Vorterix todas las facetas de sus búsquedas musicales. Su set de 18 canciones fue la proyección precisa de una carrera de más de 20 años conviviendo con ella misma, en un imaginario musical inventado y liderado por ella misma. Al desfile de melodías de Wed 21, también le sumamos su lado más abstracto (“Un Día“, “Vive Solo“, “Lo Dejamos“, “Los Hongos de Marosa“), además de viejos y oscuros éxitos (“Vaca que Cambia de Querencia“, “El Zorzal“, “Isabel“).
Así fue como Juana Molina dio el puntapié inicial a esta nueva gira de promoción, a través de un extraño encanto hipnótico, siempre asumiendo el rol protagónico aunque casi sin mediar palabras con su audiencia. Es que para buena parte del público que fue al Teatro Vorterix el pasado jueves, el show de Juana Molina fue una especie de ritual religioso, una comunión. Fue un show sólo apto para expertos en la materia.
Setlist:
Wed 21
Eras
Lo Decidí Yo
Desordenado
Un Día
Vive Solo
Lo Dejamos
Ay, No Se Ofendan
Vaca que Cambia de Querencia
El Zorzal
Isabel
Las Edades
Ferocísimo
Bicho Auto
Sin Guía, No
Los Hongos de Marosa
Encore:
¿Quién?
Final Feliz