El cansancio iba haciendo mella tras varias jornadas a nuestras espaldas, pero las ganas de música pueden más. El sábado abría de nuevo con Patti Smith, esta vez en versión acústica y “spoken” en un Auditori Rockdelux lleno hasta la bandera. Imposible perdérselo tras el espectáculo de la tarde anterior.
Nosotros, sin embargo, inauguramos el auditorio con la siguiente banda, Swans. Pasamos de la luz a la oscuridad en cuestión de unos segundos, no sólo por el propio emplazamiento, sino por la fuerza arrolladora de los neoyorquinos. Sólo ellos son capaces de crear una atmósfera de de tinieblas a base de gong, batería, guitarras afiladas y demás instrumentos. Nada más salir a escena, Michael Gira azuzó al público para que se agolpara de pie, cerca del escenario. Y no hizo falta más que moviera los brazos para que el público se lanzara como si no hubiera mañana. Hasta que la seguridad impidió que se acercaran más. Comenzaron con “Frankie M“, un torbellino de sonido trepidante que dura más de 10 minutos, como muchas de sus canciones. No es de extrañar que el concierto estuviera programado para durar más de 2 horas. Con Gira como chamán, fue transcurriendo un intenso concierto, que parecía un ritual pagano. Su último trabajo, To Be Kind, es impecable, como lo fue su actuación.
Cargados de energía nos fuimos a ver a American Football, cambiando totalmente de registro. Ya hemos comentado que este Primavera está siendo prolífico en bandas que se han reunificado después de unos años de parón. Estamos de nuevo ante otro caso. Los de Chicago no nos llegaron tanto, quizá porque veníamos de ver la potencia personificada. Lo que no podemos negar es que la banda de Mike Kinsella nos amenizó la tarde gracias a los temas de su disco homónimo aparecido en 1999 y reeditado el año pasado. Un gustazo.
Era una tarde muy concurrida con actuaciones como la de The Vaselines en el Hiden Stage, ese escenario con aforo reducido en el que es muy difícil entrar. También fue la tarde del loco de Mac DeMarco, que hizo de las suyas en el Heineken, o los californianos Foxygen en el Primavera. Estos últimos volvían tras haber cancelado cita el año pasado.
Hicimos una pequeña parada en el Adidas Original para ver a los irreverentes Sleaford Mods. Este dúo de Nottingham era de lo más esperado en el festival. Prueba de ello es que muchos fieles se agolparon bajo sus pies para darlo todo con ellos. Muy animados.
Einstürzende Neubauten son palabras mayores. Sobre todo por lo mucho que significaron en su momento. Hoy nos parece que todo está inventado, pero estos señores ya recorrían mundo haciendo música experimental con instrumentos tan extravagantes como… ¡un taladro! Precisamente el In-Edit, en colaboración con el Primavera Sound, proyectó días atrás en el Cinema Maldà, ‘Blixa Bargeld. Das letze biest am himmel‘, un documental sobre el líder de esta formación vanguardista. Bargeld también formó parte de los geniales Bad Seeds de Nick Cave. Por lo tanto, había que ver a los berlineses en vivo. Descalzo y con traje, Blixa actuó como maestro de ceremonias de un espectáculo diferente en el que, como cabía esperar, herramientas varias, tuberías y demás artefactos sonaron entre guitarreos a las mil maravillas.
Una de nuestras bandas favoritas, Unknown Mortal Orchestra, actuaba poco después en el escenario Adidas Originals. Una legión de seguidores arropó al genial Ruban Nielson y los suyos, coreando con euforia los estribillos de temas como “So Good at Being in Trouble“, “Ffunny Ffrends” o “Multilove“, el single que da nombre al último disco de la banda neozelandesa. Ruban es muy bueno a la guitarra, da gusto verle tocar. Se desenvolvió muy cómodamente durante todo el show y nos hizo acariciar el cielo con su atractivo sonido psicodélico. Ya sabíamos a lo que veníamos en este caso.
Mientras la muchedumbre se dirigía en manadas a la llamada de The Strokes, nosotros cogimos un sitio privilegiado para ver a Babes in Toyland. Las chicas malas de Minneapolis están de vuelta y el sábado venían dispuestas a comerse el Primavera Sound. Entradas en años, aun mantienen esa rotundidad que derrocharon hace 23 años, cuando publicaron su celebrado Fontanelle. A este álbum pertenecen “Right Now” y “Bluebell” con las que abrieron. Simplemente rompedoras, tanto que Kat Bjelland rompió la cuerda de su guitarra. Al parecer no tenían de repuesto y cundió un poco el pánico mientras buscaban una solución. Surgió un momento incómodo que la batería Lori Barbero intentó rellenar con improvisada locuacidad y sacando fotos con su móvil. Pasado el mal trago, sobre todo para Kat, fueron desplegando un rock genuino que nos dejó muy buen sabor de boca.
Ya pesaban las horas y el escenario Ray-Ban, con sus gradas atestadas de gente descansando, celebró la hilaridad de Dan Deacon y su show electrónico. Interactuando con el público que aguantaba de pie, que también era mucho, Deacon no se cortó un pelo e incluso separó a las masas a lo Moisés con los océanos. Todo por animar a un público hambriento de baile y diversión.
Por delante quedaban Thee Oh Sees, que repetirían al día siguiente en Apolo. Quedaban Underworld, Caribou y un sin fin de bandas para poner el cierre en el Fòrum de una edición abrumadora.