Viernes 16 de junio
La jornada se presentaba larga, con la primera de las noches tras un largo día, por lo que nos tomamos la visita con calma. Comenzamos con las asturianas LCC, quienes ya actuaron en Sónar 2015, edición en la que las entrevistamos. Volvían al escenario Complex. El dúo acaba de publicar su segundo largo, Bastet, dentro de la prestigiosa Editions Mego. El álbum toma el nombre de la diosa egipcia vinculada a la música. Con Bastet nos trasladaron al antiguo Egipto a través también de unos visuales sobre esa civilización perdida. Como siempre, nos demostraron lo grandes creadoras de atmósferas que son. Alternaron los temas nuevos con alguno anterior. Seguramente repitan en Sónar en próximas ediciones.
We Are Europe es una nueva iniciativa del programa Europa Creativa de la Unión Europea, formada en asociación por ocho festivales del continente: c/o pop, Elevate, Insomnia, Nuits Sonores, Resonate, Reworks, Sónar y TodaysArt. Uno de los conciertos presentados en el marco de esta iniciativa fue el de Roosevelt (más afín al c/o pop) que actuaron en el Sónar Village. Marius Lauber es el alma de Roosevelt, cuyo álbum homónimo fue publicado el año pasado al abrigo de City Slang y Greco-Roman. Se trata de un excelente debut, con canciones pop electrónico bailable. Temazos que nos hicieron bailar durante toda la actuación.
El Sónar Hall acogió el lumínico y estruendoso show de Evian Christ. Trance, hip hop y efectos sonoros de diversa índole pueden definir un estilo que ha visto florecer el primer largo este año dentro de Warp. Espectacular para ver en sala.
La genial Marie Davidson se marcó una gran actuación en el Sónar Dôme. La canadiense domina los sintetizadores y se siente como en casa sobre el escenario. La que fuera miembro de Essaie Pas y otras bandas de Montreal, pega igual de fuerte en solitario. Así lo demostró en el Primavera Sound y ahora en el Sónar, donde presentó Bullshit Threshold (2017, Cititrax). Sin duda le espera un gran futuro.
Poco más dio de si el viernes de nuestro Sónar de Día. Queríamos llegar puntuales al Sónar de Noche.
Sábado 17 de junio
Agotados tras la noche del viernes, decidimos comenzar el recorrido en el Sónar Complex con el virtuoso Nico Muhly. Recordemos que Muhly ha compuesto dos óperas y, entre otras cosas, la banda sonora de la película The Reader, razón de más para no perderse su actuación. Para su show el músico se rodeó de algunos colaboradores, entre ellos Valgeir Sigurdsson y Liam Byrne, quienes actuarían después en el mismo escenario. Se unieron con sintetizador, teclados y viola da gamba.
Debido al calor y a la comodidad del Sónar Complex, volvimos allí para disfrutar del relajante directo de Valgeir Sigurdsson. El islandés, fundador del sello Bedroom Community, del que también forma parte Muhly, sacó su artillería en forma de sintetizadores y se hizo acompañar por Liam Byrne, nuevamente con su viola da gamba. Representante del folk islandés, eleva este género con toques minimalistas. Pasajes de larga duración que nos dejaron literalmente en trance.
El Sónar Dôme acogió la actuación de Thundercat. Stephen Bruner a.k.a. Thundercat ya tiene tres álbumes de estudio en su haber, pero además ha colaborado con Flying Lotus o Suicidal Tendencies, ahí es nada. Su dominio del bajo es brutal y no podíamos perdernos su show. Una fusión de jazz, soul y funk electrónico puso un toque distinto al Sónar Dôme.
Y terminamos con la sorpresa del día, Sohn. Christopher Michael Taylor es un músico inglés que reside en Viena. Como Sohn lleva ya 5 años y 2 discos. El último se llama Rennen (2017, 4AD). La combinación de sonidos pop y electrónicos, además de su poderosa voz nos extasiaron desde el minuto uno. Luces intensas que formaban parte de su decorado hicieron el show más explosivo. Todo un descubrimiento que merece la pena seguir de cerca.
Y esto fue lo que dieron de sí unos cuatro intensos días de Sónar de Día 2017, marcados por el calor agobiante que al menos fue aplacado por la música.
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Foto principal: Juana Molina, por Julián Vázquez