Mientras se terminaban de pulir los detalles en la prueba de sonido, decenas de personas esperaban ansiosamente ingresar a Belle Epoque, la mítica taberna cordobesa. Pasadas las 20:00 del domingo, las puertas se abrieron y, en cuestión de segundos, el público ya se encontraba dispuesto para disfrutar el comienzo de lo que sería uno de los shows del año. Con entradas agotadas para el viernes, Usted Señalémelo (Mendoza) y Telescopios (Córdoba) redoblaron la apuesta para todos aquellos que al no poder ingresar al club, quedaron a la espera de la confirmación de un rumor que ya comenzaba a circular desde el mismo viernes por la tarde : “¿Agitarán una segunda función?” La gran sorpresa de la fecha, incluso para los músicos, llegó con la confirmación de los Bándalos Chinos y Franco Saglietti (Francisca y los Exploradores) como compañeros de lo que terminó siendo un mini festival que según muchos, “hubiese sido imposible organizarlo desde un principio”.
De la mano de Álvaro Moyano (Sonicnoise) en la cabina, los grados del salón comenzaban a aumentar. Ya se sabía, ya se sentía, el invierno era cosa del pasado. El silencio se adueñó del espacio tras la aparición de Franco Saglietti en el escenario. La sensación, para muchos, fue la de un reencuentro con un gran amigo que hacía tiempo no veíamos. El silencio, ahora junto al invierno, bailaban al ritmo de “Aloha“, canción del álbum Ra. La versatilidad y el despliegue de Franco arriba del escenario, demostraron el porqué de su éxito actual. Antes de despedirse, Juan Saieg (Usted Señalémelo) y Goyo Degano (Bándalos Chinos) subieron al escenario para interpretar “Virgen“, track de Barbuda, primer álbum de Francisca y los Exploradores. Tras interpretar “Gorila“, Franco Saglietti abandonó el escenario sin antes despedirse de aquel buen amigo que hacía tanto no veía, el público cordobés.
Muchos de los presentes, atentos a los movimientos en el camarín de la taberna, reclamaban por la “chinada”. El espacio libre comenzaba a reducirse y todos podíamos percibir lo mismo: “En cualquier momento se va todo a la mierda”. Un cigarrillo fue el recreo perfecto para llegar a tiempo a la pista y acomodarme entre el público que ya bailaba al ritmo de “Veccar“, track de En el Aire, último trabajo discográfico de los Bándalos Chinos. Tras una semana de estadía en las sierras cordobesas y pasar por los escenarios de Club Paraguay y Me Matan Limón, la banda oriunda del Gran Buenos Aires comenzaba a emprender su retirada, un hasta luego que el público cordobés recordará hasta el día de su regreso.
Era tiempo de un nuevo recreo, la gente corría al baño, fumaba cigarrillos, calmaba la sed, saciaban cada necesidad para no perderse ni un minuto de lo que hasta el momento era un frenesí incontrolable. El escenario, allá en el fondo, descansaba en la penumbra. El humo dejaba entrever cuatro siluetas que se acomodaban para dar inicio a su show. Era el momento del segundo round para los Telescopios. Fue sin dudas la presentación perfecta para lo que sería una de las despedidas del Templo Sudoku, último álbum de la banda cordobesa, que se encuentra trabajando en un nuevo material que saldrá a la luz a fines de este año. Las inconfundibles teclas de “Fucsia” fueron el marco perfecto para que Goyo Degano subiese a compartir con Rodrigo Molina, uno de los grandes hits de la banda. El pico más alto del show se lo llevó “Ciudad de Tampa“, el himno de los Telescopios que terminó con un pogo vibrante.
Muchos comenzaban a preparase para el momento más esperado de la noche. Ahí estaban nuevamente. Bastaron tan sólo dos estrofas para que todo el público cantase junto a Juan Saieg “Aguetas“, canción que da inicio al último álbum de estudio de Usted Señalemelo, II. Los mendocinos volvieron a confirmar la fiebre que transmiten sus canciones que ya se convirtieron en abanderadas del rock nacional. “¿De dónde viene toda esa energía?” me preguntaba mientras veía a una chica descansando en los hombros de su amigo, agitando enérgicamente sus brazos en dirección al escenario. La misma pregunta resonaba en la cabeza de muchos y la única respuesta que se escuchaba era “venimos a explotar, y vamos a ello”.
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Foto principal: Usted Señalémelo, por Leandro Frutos