En el predio de Tecnópolis se llevó a cabo el último gran festival del año. Mucho sol y altas temperaturas tocaron para la primera jornada del BUE. El ingreso fue fluido y los cacheos poco invasivos, sin embargo la apertura de puertas se demoró de las 16 a las 17, ocasionando que las primeras bandas nacionales (107 Faunos en el escenario indoor, Silvestre y La Naranja en el main stage descubierto) tuvieran literalmente nulo público. Murmuraban los pasillos que entre los técnicos que presenciaban el show de 107 Faunos se encontraba Daniel Grinbank, productor del festival, y que por esto les dio un espacio en la reprogramación del segundo día. Para los primeros temas de Stone Giant (conjunto de hard rock en inglés integrado por un argentino, un brasilero, un portugués y un chileno que se conocieron en el prestigiosísimo Berklee College of Music de Boston), las primeras personas se albergaban en el estadio cubierto. A fuerza de guitarras distorsionadas y una adecuada proximidad del escenario a la entrada, lo que empezó con un puñado de gente terminó con una buena convocatoria. Como durante todo el festival, las luces de dicho stage fueron un espectáculo admirable.
Pussy, pussy, pussy, marijuana
Brazilian Girls prestó originalidad en el main stage con sus canciones en distintos ritmos y varios idiomas, ignorando el hecho de que la primera mitad del show las pantallas seguían transmitiendo publicidad en lugar de lo que ocurría en el escenario. La cantante y frontwoman italiana vestía un atractivo atuendo amarillo y se lucía bailando; hasta se animó a dar indicaciones en español al personal del vallado, para que dejaran subir a dos jóvenes del público a bailar el hitazo “Pussy”, conocido por casi todo el mundo, aunque se ignore su autor. También nos ofrecieron su versión en canción del poema “Me gustas cuando callas” de Pablo Neruda.
Thievery Corporation mantuvo el poliglotismo a flor de piel. El dúo de productores norteamericano se caracteriza por girar con muchísimos músicos, entre ellos varios cantantes de orígenes y estilos muy distintos, para ejecutar todas sus elaboradas interpretaciones. Abrieron con un tema instrumental que se caracterizaba por una fuerte melodía en el citar, aquel instrumento persa que la mayoría de los oyentes de música occidental conoceremos solo gracias a las incursiones de George Harrison, y mantuvieron la vara en alto. Momento épico cuando pidieron “que hiciéramos un gran ruido, por todas aquellas cosas que queríamos cumplir”: tras la señal, el predio gritó y el sonido de la banda se cortó. Por un segundo pareció arreglado pero no lo era, así que los músicos se quedaron alentando, pidiendo palmas y tocando los elementos de percusión con todas sus fuerzas, sin amplificación alguna, ¡durante varios minutos! Si bien venían bien, este infortunio les garantizó quedar grabados en el corazón de todos. Incluso cantaron un tema acapella, donde en el público algunos acertados chistaban a los demás para poder oír tan colosal esfuerzo.
Tu ánimo está por cambiar
Llegó la noche y con ella el show de Él mató a un policía motorizado, en el estadio cubierto. Lo cierto es que los platenses rompieron los parlantes y fueron causantes del mítico pogo argento; dueños nacionales de “El mundo extraño” de los festivales, demostraron que están a la altura de cualquier escena. Sobre el final, sin embargo, unos cuantos entusiastas abandonaban el escenario techado para arrimarse con tiempo al toque de Arcade Fire: imposible culparles.
Como todo buen cabeza de lineup, pasaron unos cuantos minutos de la hora oficial antes de asomar sus caras. La escenografía planteó un ring de boxeo y los integrantes salieron anunciados por un presentador que mencionaba los premios ganados por la banda como si fueran títulos de campeonatos de lucha. “Everything Now” arrancó esa mezcla entre grito y suspiro de emoción y direccionó todas las palmas al cielo; en la pantalla se leía su traducción en mayúsculas: “TODO AHORA”, contundentes los muchachines. Haciendo buen uso de todo recurso posible, las pantallas arrojaban indicaciones en nuestro idioma: “enciende tu celular ahora”, y un mar de flashes blancos iluminó la noche. Para volver a uno clásico, visuales de un cartel de teatro rezaban “Arcade Fire presenta: The Suburbs”. A las once en punto (como estaba pactado en la grilla) lo dieron por terminado un tanto repentinamente. El amague no se lo tragó casi nadie y los canadienses volvieron con toda para su encore. Un show de puntos altos y cancionero distribuido, pero teñido de la onda más festiva y bailable que tiene el último álbum. El cierre grandilocuente lo tuvo uno de los más viejos, “Wake Up” (tema que en el pasado tocaron en vivo junto a David Bowie, velo en HD aquí) y que sonaba en la apertura del Vertigo Tour de U2, allá por el 2005 y 2006. Sonrisas de oreja a oreja, incluso lágrimas de los más fans en el vallado, muy poco que recriminarles, de haber algo. Podés ver el setlist completo de Arcade Fire acá.
Fumando en la cama
Cuenta el propio Greg Gonzales, ideador de Cigarettes After Sex, que el nombre de la banda se le vino un día en el que, acostado en la cama luego de tener sexo con una amiga con derechos, él terminó fumando con ella, aunque antes no lo hacía. Le pareció que era un gran momento para hacerlo y de esa escena de relax parece originar toda la música de este conjunto. Así y todo, grande fue la sorpresa de este cronista cuando, tras hacer todo lo humanamente posible por llegar pronto luego del set extendido de Arcade ¡se encontró con gente acostada en el piso del indoor! Atrás del grupo de los que se apiñan adelante, varias personas descansaban al mood de este “ambient pop” importado desde Texas. Lo más cómico fue que de alguna manera pasó desapercibido, porque en casi todos los shows indoor en los que alguien se sentaba en el piso, los de prevención venían a pedir que te pares (era un tanto cómico preguntarles por qué: la respuesta era “me lo ordenaron”).
El plato DJ set estaba a cargo del dúo Mark Ronson vs Kevin Parker. El líder de la famosa banda australiana Tame Impala se presentaba junto a su amigo y exitoso productor musical. ¿La verdad de la milanesa? Mucho nombre, poco despliegue. Los músicos se limitaron a pasar canciones de forma intercalada, con pasajes apenas mezclados, utilizando como único recurso el de bajar el volumen en ocasiones para pegar algún grito tribunero; en los éxitos de Tame, Mark se paraba delante de la consola y cantaba sobre la pista sin micrófono —y eso es todo—. Siempre es lindo estar al aire libre escuchando un tema que nos gusta rodeados de gente, pero llamar a esa presentación un DJ set es un desmerecimiento a quienes verdaderamente trabajan con máquinas el sonido en vivo. El cierre se puso disco puertas adentro con Hercules & Love Affair; empezó bastante tranquilo y fue in crescendo levemente, permitiendo moverse pero con movimientos conservadores; en cuanto a calidad de sonido, impecable.
Hace rato pasaron las dos de la mañana y salimos del predio de forma calma; la intercalación de artistas genera distintas oleadas de retirada y los últimos la tenemos sencilla. En doce horas hay que emprender el regreso y sabemos que está pronosticada jornada intensa. Pronto la cobertura del día 2, con Gorillaz por primera vez en Argentina, pronóstico de tormenta y las locuras e invitados de Perras On The Beach.
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Foto principal: Arcade Fire, por Matías Altbach.