En la noche de este domingo 10 de diciembre, tuvo lugar en el gran salón de Caras y Caretas una nueva presentación de Juan Wauters, una suerte de juglar indie folk y uno de los músicos uruguayos más carismáticos y de mayor proyección internacional de estos últimos años, a quién por cierto, tuvimos la oportunidad de entrevistar el año pasado.
El designado para abrir la velada era otro aclamado personaje que sigue esa misma línea estética desfachatada y espontánea. Simón Poxyran daría comienzo a esta fecha al rededor de las 22 con la mayoría del público sentado en el piso de madera, en un auditorio casi a oscuras. Para ese momento, el ambiente de intimidad era innegable y los reflectores se fueron encendiendo a medida que avanzaba el show. En medio de bromas infantiles y tan solo acompañado por su guitarra criolla plagada de stickers de colores, empezó su set interpretando “Doppelgänger“, “Dónde Estás” y “No quiero estar tan solo“, todos temas comprendidos en su disco debut como solista, Saieg, presentado hace unos meses. Más adelante se animó a invitar a un amigo mendocino a tocar la guitarra en los siguientes dos temas, ambos se sentaron en el suelo de la tarima, y tras una amigable charla, tocaron en medio de risas “Ramona“, una de las canciones más populares de Perras On The Beach. Acto seguido, Simón se tomó un momento para reconocer que Juan ha sido una gran inspiración para él durante su corta carrera y cerró su actuación con un par de pistas más, entre ellas “Tuca“, una hilarante canción de amor que arrancó sonrisas a más de uno de los presentes.
Acto seguido, y tras la adecuación logística pertinente, Juan Wauters dio inicio a su sesión con una cómica canción acera de un camión de frutas que inmediatamente transmitió buen humor entre los presentes, después la esperada “Sanity Or Not” de su aclamado álbum N.A.P. North American Poetry sonó en versión acústica, ya que por entonces era solo Wauters y su guitarra sobre el escenario. Los juegos con el rasgueo de la guitarra fueron constantes durante todo el show, así como la sonrisa de Juan y sus graciosas intervenciones para conversar con el público. En medio de su charla, comentó que hace más de un mes se encuentra en la ciudad ya que está actuando en una película que se filma en la Argentina y que será publicada a fines del próximo año, así como prometió mantenernos al tanto de la presentación de dicho filme a través de sus redes sociales. De igual modo, compartió con los asistentes sus ganas de celebrar el flamante campeonato de Peñarol, su equipo de fútbol. Después interpretaría “Así no más” y otro par de temas, antes de invitar a sumarse a Eugenio de Coghlan y par de músicos locales más para formar una pequeña e improvisada orquesta con flauta traversa, contrabajo y congas durante una tanda de cuatro canciones más, entre ellas “I’m All Wrong“. Para entonces, el calor del recinto apremiaba y Juan se sacó la remera roja que lucía y luego de que alguien del auditorio le gritara “Rambo”, comentó que con su nuevo corte de pelo (una especie de mullet) en las calles de la ciudad algunos le dicen MacGyver, como el personaje de TV de los ’80.
Luego, sonaría “Escucho Mucho“, mientras el público acompañaba cantando y con palmas rítmicas, lo mismo sucedió cuando interpretó “En Mí“, track que abre su segunda producción Who, Me?, lanzada en 2015. Cumpliendo con su promesa de tener muchos invitados esa noche, un trío de cuerdas (viola, violín y cello) también se sumó a tocar con él durante unos minutos. Para finalizar su set, tocó “Todo Terminó“, después prometer a sus seguidores más canciones en español y mencionando que prefiere cantar la versión traducida de sus composiciones en inglés cuando viene a Sudamérica, y que en su estadía en Buenos Aires ha podido crear nuevas canciones, y procedió a presentar una de ellas como parte del encore de esa noche.
Si hay algo para destacar acerca de un show de Juan Wauters es la libertad que transmite su desenvolvimiento, lo entrañable y gracioso de sus gestos y su personalidad. Todo eso que se pierde un poco cuando solo escuchamos las grabaciones de su música, y que en vivo contagia una energía difícil de describir con palabras, pero que es sin dudas totalmente positiva, y que de paso lo consolida como un icónico juglar de esta generación y estas latitudes.