Si hay un lugar posible en donde el thrash metal puede convivir con la más ácida psicodelia, es en la cueva de King Gizzard & The Lizard Wizard. Después de una serie de contratiempos de por medio, el grupo australiano finalmente llegó al país para presentarse en la tercera y última noche del Lollapalooza Argentina 2024.
Mientras que más de la mitad del público se maravillaba con los drones y el despliegue monumental del reggaetonero Feid en el escenario principal la noche del domingo, un grupo más acotado de personas se congregó en el Alternative Stage para ver el debut del Lagarto en suelo argentino, que no solo cumplió con las expectativas, sino que las superó de forma contundente.
Recordemos que la banda iba a presentarse originalmente en la edición 2022 del festival, pero debido a problemas de salud del líder y cantante Stu Mackenzie, debieron cancelar su show, el cual inicialmente había sido reprogramado para el 2023 pero tampoco sucedió.
En esta gloriosa revancha, Mackenzie y compañía se presentaron en el horario central del prestigioso festival, en lo que podría considerarse un acto de justicia divina, con una primera línea abalanzada sobre la valla de seguridad y miles de fanáticos encolumnados detrás que esperaban el fuego del dragón.
“Helloooo”, gritó Mackenzie mientras subía al escenario para saludar a la audiencia expectante e impaciente por escuchar el primer rasgueo de guitarra de los australianos. “Mars For The Rich”, de su alabado y elogiado disco del 2019, Infest the Rats’ Nest, fue la escogida para inaugurar su set, y en ese momento un vendaval estruendoso tambaleó a algunos distraídos que pasaban cerca.
Únicos, sacados, y descarados, Mackenzie y su coequiper en las seis cuerdas, Joey Walker, se ubicaron enfrentados y armados de dos hermosas guitarras Gibson para ejecutar un ida y vuelta magnético entre ambos. “¡Muchas gracias, amigos!”, añadieron en un aceptable español.
Con alaridos agudos y sus voces sucias de saturación, el dúo siguió con un combo intenso y aplastante: “Gaia” -con guitarras que parecían el galope de una bestia monumental, mientras el pogo crecía paulatinamente-, y la épica “Gila Monster”, como un canto de batalla justo antes de la encrucijada. El resto del conjunto –Ambrose Kenny-Smith, Cook Craig, Lucas Harwood y Michael Cavanagh– fue el motor robusto para que la maquinaria deforme de KG&TLW funcione de la forma que lo hace: con vehemencia y rigurosidad.
Sin mediar palabra con el público, Mckenzie dejó su guitarra a un lado para agarrar la flauta traversa. Los más avispados del público se dieron cuenta antes: había llegado la hora “Trapdoor”, un track asfixiante que llevó la interpretación de los australianos a mayor velocidad.
Siguieron con una versión alargada de “Evil Death Roll” que se extendió por más de diez minutos y fue empalmada con “Cut Throat Boogie”. Kenny-Smith pasó al frente como frontman para la interpretación más rockera (en el más técnico de los sentidos) de la noche, tomando contacto cara a cara con la gente, mientras hacía sacudir cabezas con sus solos de armónica.
El final llegó más rápido que tarde, y la hora de show que dieron los australianos se percibió como un instante fugaz de pura adrenalina y emoción. Ambrose se quedó un momento más al frente para cantar un fragmento de “Got My Mojo Workin”‘ de Muddy Waters -por si quedaban dudas de dónde venía la raíz más clásica del conjunto-, e inmediatamente después volvió a su lugar para que la banda interprete “The Dripping Tap” y cierre su primer show en la Argentina con “Magma” (¿Había una mejor forma de hacerlo?).
King Gizzard & The Lizard Wizard tuvo su momento de gloria y lo hizo con herramientas nobles: talento, actitud y entusiasmo. Ese grupo de amigos pseudo metaleros y pseudo hippies finalmente pudieron desencadenar a la bestia dentellada para que arrasara con todo a su alrededor y así lo hizo.
Tan solo una hora y ocho canciones bastaron para que el Lagarto enamore al público argentino en lo que puede configurarse como el show más auténtico del domingo, uno de esos que va a quedar por siempre en el podio de los espectáculos destacados del Lollapalooza Argentina.