Lo del 8 de septiembre en The Roxy con la visita de Alcest no es algo que se ve todos los días. Ya sea por la gente escuchando y pasando un buen momento, tal vez por el buen sonido que condimentó la velada, o por lo cómodos y contentos que se mostraron Neige y compañía.
Entre melenas largas, barbas y muchas remeras negras, alrededor de las 21.15, la banda salió a tocar frente a un público que mostró un respeto admirable. Con las luces bajas y los cuatro miembros del grupo de espaldas, comenzó a sonar “Opale“, canción que aparece en Shelter, el último lanzamiento de los franceses que fue grabado en Islandia, en el estudio que pertenece a los miembros de Sigur Rós.
Entre la precisión de un baterista afinadísimo, distorsión y algún que otro grito que denotó la particular técnica vocal con la que cuenta Neige, pasaron “Percées de lumière“, “Voix sereines“, “Summer’s Glory“, “Les Iris“, entre otras. Así, con doce temas en el repertorio, Alcest hizo una recorrida por sus cuatro discos, nos llevó de paseo por atmósferas intensas y fuimos testigos de lo bien que se desenvuelven en géneros musicales que pasan por el metal, el shoegaze y hasta algunos tintes de post-rock. Cerrando con “Délivrance“, la banda se despidió del escenario luego de habernos regalado sus canciones durante un poco más de una hora.
No faltaron cánticos de cancha, largos aplausos y las gracias constantes por parte de los músicos franceses, quienes pisaban por primera vez suelo argentino y se mostraban ansiosos por volver a hacerlo pronto.
Seguramente más de una vez leímos por ahí que la música es un lenguaje universal porque emociona venga desde el lugar que venga. Y sí, cada vez creo más en que no hace falta saber ningún idioma para dejarnos llevar por algo tan lindo. Sólo se necesita sentir todo alrededor y disfrutar.
Fotografías: Nazarena Talice