La última de las jornadas del NOS Primavera Sound tuvo de inicio un invitado de excepción como fue Lee Renaldo. Él y su banda, The Dust, ofrecieron un concierto de los más guitarreros de la edición. Presentado su álbum en solitario Last Night On Earth (2013, Matador), calentó el escenario Super Bock ante una explanada repleta que disfrutó del buen hacer el ex miembro de Sonic Youth en las cuerdas.
Lee Ranaldo
El reputado guitarrista sirvió de previa a otra de las bandas referencia en los 90 reunidas años después para alegría de sus fans. Los norteamericanos Neutral Milk Hotel y su particular sonido lo-fi firmaron un concierto espléndido en el que la orquesta dirigida por Jeff Mangum no defraudó. Entregados del teclado a la batería, hicieron ver que su vuelta tiene sentido, que tantos años dispersos parecen no haber hecho mella en la comparsa especial y efervescente que forman el quinteto. Con su vestimenta costumbrista y extravagante, mostraron sin tapujos su buen hacer en el escenario con sus variopintas composiciones, consiguiendo atraer la atención del público que se planteaba o bien guardar fuerzas para el plato fuerte de la noche o bien se pensaba la hora de acercarse a recargar energías.
Mientras unos hacían un poco de esto y otro poco de aquello; llegó la hora para la única banda de habla no inglesa que tenía un horario preferente. Los barceloneses Standstill. En el escenario All Tomorrow Parties y en familia, ofrecieron un concierto corto pero intenso a más no poder. Presentando temas de su último disco Dentro de la Luz (Buena Suerte, 2013), en el primer tramo del concierto, para en la última parte dejar caer temas insignia como “Adelante, Bonaparte (I)” o “¿Por qué me llamas a éstas horas?” de una ya larga carrera de quince años.
La siguiente parada era obligatoria. Y volvía a ser una estación con acento americano pero que está convirtiendo su canciones en universales. El calado de los dos últimos trabajos del grupo The National está al alcance de muy pocos. Tocaba ver cómo eran llevadas al directo canciones minuciosamente elaboradas que a su vez suenan desnudas y sencillas en Trouble Will Find Me o High Violet. Y la banda no defraudó. Elegantemente acompañados por los visuales que se proyectaban sobre una enorme pantalla al fondo del escenario, el grupo fue soltando perla tras perla. Los hermanos Dessner tuvieron momentos de lucimiento cuando el grupo se aceleraba de algún modo desabrochandose la camisa en temas como Abel o Squalor Victoria -de Alligator (2005) y The Boxer (2007) respectivamente, discos imprescindibles igualmente- para bajar de nuevo en las ensoñadoras “England” o “This Is The Last Time” que bien merecen ser disfrutadas vino en mano.
Genial concierto de Berninger y compañía con un remate certero mostrando Tom su lado más canalla, lanzándose a las primeras filas en repetidas ocasiones, olvidándose de la afinación, las letras, disfrutando cómo el que más del engrasado estado de la banda. Fin de fiesta para quitarse el sombrero con “Mr. November“, “Terrible Love” y una “Vanderlyle Crybaby Geeks” a capella.
The National
Dificil papeleta para cualquiera que actuase a continuación, pero bien resuelta en este caso por St. Vincent, quien se declaró fan de los de Ohio. Carismático show el de Annie Clark quién sostuvo una explosiva actuación sobre el escenario, coreografías mediante. Con su disco homónimo, teñido a partes iguales de pop & funck, llegaban las últimas horas del festival de la forma más animada.
St. Vincent
Y para fiestero, Nic Offer. Desde el principio salió al escenario arrollando, revolucionado y metiendo una marcha más a un festival al que posiblemente le haya faltado un cambio de ritmo a determinadas horas. !!! salieron a comerse Oporto con una actuación que transmitió la fuerza exultante de su líder con sus inconfundibles pantalones cortos que no esconden vergüenzas. Quizá supliendo con sus gestos carencias de su voz, intentó contagiar a la público que cubría la esplanada del principal con las canciones electro-funk de su último disco Thr!!!er, falto de fuerza en directo. La otra opción era ver en la carpa Pitchfork una también sobreactuada actuación de la atractiva Glasser. Fin de fiesta, algo falto de estilo, algo que sí pudo aportar a los platos el catalán Pional, en su sesión de ultimísima hora.
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Esperando acabado el certamen, las confirmación de las fechas de la cuarta edición, que a buen seguro volverán a ser la primera semana de junio de 2015.
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